El sábado 24 de febrero fue un día inolvidable y feliz en la vida de la pareja conformada por Antonella Fortuna y Nelson Esterlich, es que en esa noche y luego de una hermosa relación colmada de amor, se consagraron marido y mujer ante Dios en una ceremonia llevada a cabo en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, a la cual asistieron muchísimos amigos y familiares que compartieron junto a ellos este momento tan especial de sus vidas.
Los padrinos de la boda fueron Elsa Garcia y Alberto Fernández.
La novia lució esplendida con un diseño obra de Marcela Bidini, en color tiza muy delicado con detalle de ramos de flores naturales en color naranja, mientras que el novio vistió elegante y riguroso traje oscuro.
La ocasión fue propicia para que la pareja bautice a Brianna, la pequeña hijita de un año, siendo los padrinos de la misma, Sabina Fortuna y Danilo Esterlich.
Finalizado el acto religioso, los esposos se dirigieron a las instalaciones del Polideportivo del Club Huracán, lugar elegido para celebrar su unión matrimonial
Antonella y Nelson, ingresaron al salón junto a la pequeña beba, siendo recibidos por un estallido de aplausos y sentidas demostraciones de cariño y felicitaciones provenientes de los numerosos invitados.
Luego de los saludos y momentos emotivos, todos pasaron a degustar la cena fría y exquisita elaborada por el servicio de Catering Don Rubén, de “Pino” Méndez y mas tarde como sobremesa nada mejor que el ritmo y alegría total para festejar este acontecimiento.
Fabio Molinetti fue el Djs convocado para animar y musicalizar este evento con la mejor música del mundo
Los novios bailaron y se divirtieron con alma vida junto a su gente querida que no paró de animar la noche.
No faltó el incomparable ritmo carioca con un cotillón estupendo y los interminables trencitos que recorrieron el bien decorado salón de punta a punta.
Antonella y Nelson, enamorados a mas no poder no pararon de agradecer a todos los presentes el importante hecho de estar allí y acompañarlos en esta fiesta tan linda, la cual tuvo su broche de oro un poco más allá de las cinco de la mañana.