La gente del campo tiene un respiro. La reforma tributaria que debe ser aprobada en diputados tampoco pudo ser tratada el jueves, después de que el miércoles fuera suspendida la sesión por falta de quórum. La sesión pasó a un cuarto intermedio mientras el oficialismo negocia con los distintos bloques para obtener los 47 legisladores necesarios para sesionar. Como se sabe se discutirá el revalúo rural, lo que conlleva un aumento al impuesto al Inmobiliario Rural, a los Ingresos Brutos y Sellos. Eso aparte de la implicancia que luego tendrá en impuestos de orden nacional como a los bienes personales y otros, que es lo que les quita el sueño a los ruralistas.
Lo cierto es que Scioli quiere, pero su tropa no puede. El Frente para la Victoria cuenta con 43 votos a los que se suman otros 3 votos de Nuevo Encuentro, por lo que necesita un legislador más para obtener el quórum necesario para poder sesionar. Esperan que algún intendente radical apremiado por una angustiante situación económica presione ante un legislador de su partido para que de quórum. Por otro lado los que presionan fuerte pero en contra, son las entidades del agro (Sociedad Rural, Coninagro, Federación Agraria y Confederaciones Rurales), mientras que para el gobierno el «cuco» es Hubo Biolcatti quien dirige la rebelión de la granja.
Funcionarios oficialistas como el caso de la Ministra de Economía bonaerense se enojan cuando se habla de «impuestazo», y dicen que el proyecto surge para fortalecer las finanzas de los municipios y generar equidad en la carga tributaria. La caja de Scioli aumentaría con la aplicación de los nuevos impuestos en 2865 millones anuales, de los cuales irán a parar 900 millones a los municipios.
