Frase famosa si la hay, que se conoce y se dice en toda latinoamérica, con el mismo significado. El hijo de la pavota es aquel tomado por tonto, cándido, ingenuo, al que se lo engaña o engatusa, despreciando su inteligencia, su honestidad o su bondad. Y así nos hace sentir, por ejemplo, la empresa estatal provincial ABSA, proveedora de agua, seriamente cuestionada por la falta de respeto al usuario, y lo que es peor, por vender (porque la vende), agua con alto contenido de elementos tóxicos bajo el rótulo de POTABLE. Decenas de años y varias empresas y gobiernos envenenaron a los casarenses y a los habitantes de gran parte de la provincia, con agua cuyo contenido de arsénico fue si se quiere mortal, y también de vanadio y ahora de aluminio. Se necesitó que estos pueblos agitaran en los últimos años la bandera de la indignación y cuestionaran seriamente desde todos los foros posibles la actitud de la empresa proveedora de agua, para que recién entonces dicha empresa generara acciones tendientes a solucionar el problema, que aún no está solucionado, sino por el contrario, aparecen otros nuevos, tan preocupantes como el primero, que dejan una luz roja encendida y dan pie al reclamo de nuevas acciones tendientes a lograr finalmente que el agua que tomamos, con la cual cocinamos y nos higienizamos, sea realmente potable.
¿Por qué nos sentimos los hijos de la pavota?. Porque el gobierno provincial tomándonos por tontos, ingenuos o … sí, esa palabra tan usada, ha dispuesto que ABSA (de la cual tiene el 90% de las acciones), aumente sus tarifas un 180%, con lo cual el costo del servicio se elevará casi al triple de lo que se abonaba, cuando este es deficiente e insalubre. Van a cobrar más para tapar agujeros de la economía provincial, en un área por demás sensible, cuestionada hasta el hartazgo, con fundamentación científica, y la sospecha cierta de que ha costado muchas vidas.
Ayer el arsénico realizaba cabriolas macabras en el agua «pura» que bebíamos. Hoy es el aluminio el que inunda nuestras células, que tal vez por ser más caro hace necesario el aumento anunciado. Sea como fuere, la noticia del incremento en la tarifa de ABSA, se asemeja a un cachetazo a la razón.
Si es que alguna vez los usuarios tienen razón.