Cumplió 103 años doña Enriqueta Fava de Antonelli

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Cuando en 1914, con cinco años de edad, Enriqueta Fava bajaba del barco que la trajo de su lejana Macerata en Italia en compañía de su mamá y sus dos hermanas, difícilmente pueda haber imaginado que se iba a convertir en la mujer más longeva de Carlos Casares, lugar al que vino para radicarse con sus abuelos en la inmensidad del campo.  Había fallecido su padre, y las cuatro mujeres solas emprendieron el camino rumbo a la Argentina, en busca del bienestar que no tenían en esa Italia convulsionada por el inicio de la Primera Guerra Mundial.

Aquí conoció a un joven apuesto, hecho de la buena madera de esos gringos que edificaron nuestro país, y se casó a los 20 años con Marino Antonelli, con quien compartió las alegrías y viscicitudes de los chacareros, naciendo de esa unión dos hijos varones, ya fallecidos, y hoy cuenta con una nieta y una bisnieta.

Doña Enriqueta vivió en el campo de Santo Tomás hasta los 80 años y enviudó hace 30. Actualmente vive con su nuera Isabel Amengual, quién nos dice que la abuela ya casi no habla, se levanta apenas y se la atiende como a un bebé. Dos personas se encargan de su cuidado, y la tratan con sumo cariño y respeto.

Es la vecina más antigua de Carlos Casares, testigo privilegiado de más de un siglo de nuestra historia.

 

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