LE ROBAN EL AUTO A UN REMISERO

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Jorge Payeras hace una pila de años que es remisero, «y es la primera vez que pasa algo así» le decía desmoralizado a nuestro cronista. Y continuó:  «El sábado a la medianoche fui con mi pareja al Club Amparo donde actuaba Kino, dejando el auto en la calle Vicente López a metros de Gral. Paz, porque en la cuadra del Amparo no había lugar. Cuando salimos, que sería alrededor de las 5 horas, el auto no estaba.

 

-Qué auto era Payeras?

-Un Siena color gris modelo 2000 patente CXI-210.

 

-Lo había cerrado con llave?

-Sí, siempre tomo la precaución de cerrarlo. Es mi herramienta de trabajo…

 

-Hizo la denuncia con rapidez?

-Sí, de inmediato, y se que salieron a buscarlo, pero hasta ahora no hay noticias.

 

-Tenía seguro?

-Si, contra terceros, robo, incendio y personas transportadas. En ese aspecto soy muy previsor.

 

-Qué valor tiene su auto?

-Entre 26.500 y 28.000

 

-Tiene esperanzas de que aparezca?

-Si, tal vez lo llevaron para ir a algún lado y luego lo abandonen. Es de esperar que no lo dañen.

 

El informe policial dice que han avisado a todas las comisarías limítrofes y que se lo busca afanosamente. Se instruyen actuaciones judiciales por «HURTO DE AUTOMOTOR» con actuación de la Fiscalía Nº 3 a cargo del Agte. Fiscal Dr. Juan M. Garriz.

 

SE LO «ROBÓ» SU DUEÑA USANDO UNA LLAVE QUE TENÍA

 

Tras buscar y buscar por todos lados, la policía finalmente logró dar con el auto. Estaba en 9 de Julio y lo tenía en su poder la anterior concubina de Payeras, Elba Esther Aranda, domiciliada en esa ciudad a cuyo nombre está el auto y que aduce ser su dueña dado que abonó el valor del mismo cuando fue adquirido, hallándose en esa época conviviendo en concubinato  con Payeras. La mujer manifestó que al disolverse la pareja el auto quedó en poder de Payeras, quién se había comprometido a abonarle el importe del mismo, pero que según ella nunca lo había hecho, razón por la cual dado que ante reiterados reclamos Payeras no se lo pagaba, ella vino a Casares, ubicó el auto y se lo llevó, utilizando una llave que había conservado. Todo indica que siguió a Payeras y esperó el momento justo para llevárselo. «Es mío dice ella», pero Payeras asegura que no, «es mío», dice él, y afirma que se lo pagó peso por peso. No hay recibo ni boleto por lo que la situación del conocido vecino está complicada. Sin auto, sin trabajo y con problemas económicos.

«Mejor salir con un buen hombre», dijo un sujeto cansado de los problemas que le traen las mujeres…

 

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