El viernes 6 el intendente Walter Torchio cumplió 50 años y lo festejó el sábado en el salón de usos múltiples de su departamento de Capital.
Asistieron sus familiares, amigos, intendentes, funcionarios provinciales y de su municipio, unos 120 invitados aproximadamente.
Los intendentes presentes eran el de Chivilcoy Aníbal Pittelli, de Carlos Tejedor, María Celia Gianini, y de Olavarría, José Eseverri.
También se encontraban entre los invitados el consultor de Poliarquía Fabián Perechodnik, Eduardo Aparicio Secretario de Espacio Público bonaerense y otros funcionarios provinciales y nacionales, como así también una gran parte de los funcionarios de su municipio y los concejales del oficialismo y del bloque de UVC, desmembrado del Pro.
Se trató de una fiesta sencilla, acaso informal hasta en la vestimenta, ya que si bien las damas se mostraban muy elegantes, no había demasiados brillos ni excentricidades. Los hombres estaban de traje algunos y de elegante sport otros, entre ellos el mismísimo agasajado, que lucía un conjunto de saco y pantalón oscuros, camisa desprendida y un pañuelo al cuello.
Los invitados paladearon de una exquisita selección de bocaditos de pollo, pato, salmón, queso, mariscos, etc. y excelentes tragos. En el salón había dispuestas unas pocas mesas circulares y el resto grupos de sillones en los cuales se fueron ubicando los invitados. Como plato principal fue servido lomo sobre un colchón de papa, y el postre, al igual que la recepción constó en una variedad de bocaditos dulces que no hacía necesario el uso de platos ni cubiertos.
La animación estuvo a cargo de un mago y a la vez ventrílocuo, cuya rutina asombró a la concurrencia que lo aplaudió sin cesar. Ocurrente, creativo y muy talentoso, hizo participar al homenajeado y a varios invitados, provocando momentos de real comicidad. Un verdadero acierto.
Por las pantallas de TV dispuestas en distintos puntos del salón se pasaban imágenes de la vida de W.T, de su niñez, adolescencia, con su esposa, sus hijos y ….menuda trampita, instancias de su campaña política, elección, jura y otras…
La pista por momentos se llenaba de bailarines, Walter era siempre el centro, bailando con su elegante esposa Andrea, con sus hijas, con los invitados, formando parte en trencitos y ruedas, mostrándose super animado y feliz.
Un grupo musical denominado Doctor K. interpretó conocidos temas e interactuó con los bailarines recordando canciones de todas las épocas.
Cuando llegó el momento de apagar las velitas, Torchio se dirigió a todos los presentes con palabras de agradecimiento, nombrando, además de los pilares de su familia, a aquellos amigos de la vida, su profesión y la política, que con su apoyo y ayuda cumplieron un rol importante en su existencia.
Sin baches, con mucho swing, desbordando de animación y alegría la fiesta continuó hasta muy tarde. W.T. fue el último en abandonar la pista. Afuera el viento del río helaba los huesos. Daban ganas de volver.