Como un hecho positivo de lo que debiera ser la instrucción cívica de los jóvenes estudiantes, se realizó días pasados en el Concejo Deliberante local una sesión especial con participación de alumnos de Escuelas de Enseñanza Secundaria del distrito. Allí expusieron los alumnos sus propuestas, manifestaron sus puntos de vista e intentaron expresar en ese ámbito estrictamente político, la importancia de la participación y el conocimiento desde el inicio de su tránsito a la ciudadanía plena.
Pero no debemos engañarnos, los jóvenes de hoy en su mayoría descreen de la política, o al menos no les interesa, cuando no tienen una opinión adversa de la misma. Estigmatizan a los políticos porque lo que han visto y oído no ha sido bueno. No han descubierto actitudes positivas, respeto por el adversario, generosidad y una sincera vocación de servicio que se anteponga a toda especulación partidaria en la búsqueda del bien común. Se hartan de ver una puja obscena por el poder, de criticarse los unos a los otros, de ponerse palos en la rueda, de no respetar al que piensa distinto, de intentar mejorar su propia vida antes que la del conjunto de la comunidad.
Puede que se exagere, que las actitudes de los menos y su amplia difusión contribuya a que los jóvenes se formen esa impresión negativa de la política y de los políticos.
Y, créase o no, en Carlos Casares salvando las distancias, tampoco se contribuye a jerarquizar a la política, cuyo fin primordial es la de mejorarle la vida a los vecinos. Vemos como oficialistas y opositores no logran encontrar puntos fundamentales de convergencia, aquellos que hacen posible el crecimiento y el desarrollo, y se detienen en escaramuzas dialécticas o acciones tendientes a lesionar la buena relación de vecinos.
Y los jóvenes abrevan de esa realidad, que a veces suena a puesta en escena en búsqueda de réditos políticos en desmedro de fines más nobles. Si ese es el ejemplo, no es bueno. El transvasamiento generacional posibilita la participación integral de la ciudadanía. Los jóvenes de ninguna manera pueden estar ausentes, de ellos depende el futuro.
Lo realizado días pasados no dejará de ser un ensayo o simplemente ficción si no se realizan acciones concretas tendientes a interesar a los jóvenes tentándolos a participar desde distintos ámbitos, afín de que comprendan que la política es una actividad digna que debe ser valorada.