El que es profeta en su tierra
es de verdad un profeta…
Tiene el respeto y cariño
de sus vecinos y amigos…
El jueves 2 de agosto, a los 82 años, falleció la apreciada vecina Lilia Esther Rosas de Oddo, para sus familiares, conocidos, vecinos y muchos amigos, Coca.
Casada con Jorge Oddo, madre de 6 hijas, 6 flores de un jardín de vida, donde Coca fue la flor más preciada. Esas flores que, como un hermoso premio del destino, la hicieron reiteradamente abuela y bisabuela.
Vivió muchos años de su vida en la localidad de Algarrobos, de donde era oriunda. Desde aquel legendario rancho de chorizo, verdadera reliquia, orgullo de esa pequeña población de nuestro partido, Lilia Esther Rosas, junto a Jorge Oddo, fueron escribiendo la hermosa historia de su vida. Y, por sus hermosas prendas personales, por su trato afable y familiar, se fue ganando el aprecio de conocidos y vecinos, que siempre la distinguieron con su cariño, que se ponía de manifiesto a cada momento de su vida.
El tiempo, ese sendero que es suma de vivencias, de sueños y anhelos, penas y alegrías, pero sobre todo de esperanzas e ilusiones, fue cumpliendo su ciclo y a medida que iba transcurriendo, vinieron las alegrías, que como llovizna de mieles doradas se transformaron en hijas, nietos y bisnietos, y amigos, muchos amigos. Por eso, cada vez que esos vecinos, amigos verdaderos, la encontraban en cualquier lugar, como por ejemplo, en la Agencia El Fanfi, de su hija y su yerno, era común el trato cordial y si no la veían, el preguntar por ella, una costumbre, máxime aquellos que la conocían de Algarrobos y para quienes era, como dicen los jóvenes, una ídola. Demostrando que Coca, como la llamaban cariñosamente, era profeta en su tierra.
Y como en un calidoscopio de la existencia, las distintas vivencias de su transcurrir terreno, fueron formando esas figuras que compusieron su existencia. Hasta que el jueves 2 de agosto, ese tiempo penas y alegrías, de sueños y anhelos, esperanzas e ilusiones llegó al final del sendero. Y Lilia Esther Rosas de Oddo comenzó a transitar los celestes espacios de los hermosos recuerdos. Esoss recuerdos que la han de perdurar en nuestro sentimientos. Tenía 82 años.
El dolor que su partida provocara, el resumen de todo el cariño que supo ganarse, se vio reflejado en el acto de su velatorio y su inhumación en el Cementerio Municipal el viernes 3 a las 11 hs., previo responso religioso rezado en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen.