Los gobernantes suelen soñar con obras que a su juicio perdurarán en el tiempo y quedarán como ejemplo de que lo lindo es compatible con lo útil, y que como bien dice el refrán unir lo útil a lo agradable es una fórmula infalible.
Pero no todas las buenas intenciones terminan como se las soñó. Y la remodelación de la Avda. San Martín es una de ellas. Fue concebida como una obra que jerarquizaría la Avda. insignia del centro casarense, confiriéndole una mayor estética y belleza a través de un diseño audaz y moderno. Se pretendió demostrar que una cuota de belleza, diseño, y funcionalidad son también parte de la impronta de aquellos gobernantes progresistas que consideran que además de aquellas obras de infraestructura clásica, existen otras que tienen más que ver con la cultura de los hermoso a los ojos, y que también forma parte del paisaje urbano que nos rodea.
Lamentablemente la remodelación y hermoseamiento de la Avda. San Martín presenta serios inconvenientes en cuanto a su funcionalidad, una de las metas del proyecto. Sus desagües son deficientes hasta tal punto que las arterias perpendiculares a dicha avenida se inundan en la confluencia con ésta, y en algunos casos en forma alarmante por ejemplo la calle Lamadrid, que en días de lluvia intensa se anega completamente cubriendo el agua sus veredas. También el resto de las calles presentan problemas similares, y la misma avenida sufre concentraciones de agua junto a sus cordones, fruto del precario desagüe en la obra de ensanche de las veredas en los extremos de cada cuadra.
Cabe pensar si por tratarse de una obra inconclusa a la que le falta aún terminar la cuadra de la avenida entre Lamadrid-Vicente López y Monseñor D´Andrea-Sarmiento y obras complementarias en la plaza San Martín, no habrá que replantear su continuación hasta tanto se solucione el problema de sus desagües.
Conscientes de que la obra debe continuar y realizarse la totalidad del proyecto, no cabe dudas que habrá que rever el mismo e introducir todas aquellas modificaciones necesarias para hacerlo «funcional», ya que sin poner en duda su efecto estético, los problemas que hemos enunciado dejan al descubierto falencias que lo desmerecen completamente.
