Una experiencia inolvidable vivieron Brenda Magalí Redondo y Federico Redondo, quienes viajaron a Suiza invitados por su tía, permaneciendo en Europa cerca de dos meses. Brenda y Federico le cuentan a El Oeste su vivencia en el viejo mundo.
-Cómo se concreta tan lindo viaje?
-Comenzó cuando cumplí 15 años y mi tía, Andrea Ferratto, que vive en Suiza, como regalo de cumpleaños me invitó a mí y a mi hermano a que viajáramos allí para que conociéramos el lugar donde vive.
-Cuando viajaron?
-Salimos para allá el 25 de junio y llegamos el 26. Regresamos el 17 de agosto.
-Comencemos con el viaje. Cómo fue el itinerario?
-Nosotros, como somos menores, tuvimos que viajar con asistencia. Partimos de Ezeiza a España. En Madrid esperamos cerca de 3 horas y de allí a Suiza.
-Con qué se encontraron apenas llegaron?
-Apenas llegás te das cuenta enseguida que es otra la educación, las calles totalmente limpias, sin un papelito, nada… Tampoco ves perros sueltos. Lo que ves van paseando con sus dueños y con la correa, y todos con una palita y una bolsita por la suciedad que pueden dejar los animales.
-Tuvieron oportunidad de intercambiar charlas con jóvenes de allá…cómo se manejaban con el idioma?
-Es muy difícil mantener algún tipo de relación porque está la barrera del idioma. Allá se habla en tres idiomas, entre ellos el alemán y no entendíamos nada. Mi tía nos traducía lo que necesitábamos saber.
Federico pudo mantener una charla con uno que jugaba al fútbol, ya que el fútbol tiene un idioma universal, y así conoció a un jugador argentino que jugó en Boca, Ezequiel Scarione en un equipo que se llama St. Gallen, y me regaló una camiseta del equipo firmada por todos los jugadores. Además, mi tío, que es suizo, me llevó a ver un partido de fútbol en Ginebra.
-Cómo era un día de Uds. en Suiza?
-Nos levantábamos a la mañana, paseábamos un poco, almorzábamos y después todos a un lago hermosísimo, que es compartido por cuatro paises: Alemania, Austria, Suiza y Francia. Es muy difícil contar lo maravilloso que es el paisaje en ese lugar.
-Tuvieron oportunidad de visitar otros países?
-Estuvimos también en Alemania y Austria.
-Hay algo que hayan visto y que les gustaría compartir especialmente?
-Recuerdo a Heidi. Fuimos a la casa, que queda en Heidiland, caminando y te puedo asegurar que es la misma de la película. El trineo que le había hecho el abuelo está colgado en la casita…nos parecía increíble estar viviendo esa historia tan linda.
-Con la comida cómo se las arreglaban?
-Allá es casi todo vegetal y carne de cerdo. Y muchísimo chocolate, algo muy característico de Suiza junto con los relojes…también las vacas, que las cuidan tanto como los relojes.
-Y la gente…
-La gente es muy fría…muy tranquila y super educada. Nos pasó un caso: Habíamos ido a un shopping y el auto había quedado en el estacionamiento y se ve que salió otro auto y lo rayó al auto de mi tía. Cuando salimos, vimos en nuestro auto una nota que decía que lo disculpe, que se había equivocado y dejaba además un número de teléfono para que lo llame por el arreglo del auto. Son cosas que allá son normales pero que aquí es muy difícil de encontrar.
Otra cosa que vimos y nos encantó es la conciencia que hay con respecto a la basura. Se recicla muchísimo. Hay lugares determinados para papeles, vidrios, plástico, aluminio, pilas y la gente lleva cada residuo al lugar predeterminado.
-Les gustaría volver?
-Por supuesto, pero antes quisiéramos que nuestros padres pudieran disfrutar de tan hermosa experiencia como nosotros. Por ahora nos tenemos que poder al día en el “cole” y aprobar el año es la única condición que nos pusieron papá y mamá y la vamos a cumplir.