Nuevamente y lamentablemente, los medios nacionales se ocupan de Carlos Casares y de la región sobre el tema de las inundaciones, un tema que no es nada nuevo para nosotros ni para todos los habitantes de la región que toda vez que las precipitaciones exceden la media normal, sufrimos la constante amenaza del agua.
Bien se dice que el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra más de una vez y bien podría aplicarse esto a la situación que nuevamente se está viviendo y que compromete otra vez la comunicación y la producción de todo el partido.
Sin remontarnos tanto tiempo atrás, en el año 2001, Carlos Casares ya vivió una situación similar a la actual, con el agua llegando constantemente, campos anegados, caminos intransitables y mirando el cielo para que no lloviera más.
Cualquier solicitada o publicación referida a la situación hídrica de ese entonces bien podrían publicarse hoy día, ya que los motivos y pedidos eran exactamente los mismos, al igual que la situación de los caminos, con la zona sur de nuestro partido prácticamente incomunicada y con la desesperación de los productores que no podían pasar ni llegar a sus campos.
VIAJE CON LOS MAESTROS A HORTENSIA
El Oeste, para reflejar la situación de la zona sur en ese entonces, y de cómo viajaban los maestros hacia Cadret, Ordoqui y Hortensia, viajó con ellos reflejando en sus páginas lo vivido en dicha jornada, que comenzó a las 11 hs. cuando tomaron el colectivo de Edgardo “Pato” Lamas y finalizó ya bien entrada la noche, luego de transitar caminos que eran en parte verdaderos lodazales, agua por doquier y con el colectivo viajando de costado en un camino que no tenía 100 metros seguidos de tierra firme, y de esto bien pueden dar cuenta las maestras y docentes que día a día hacían dicho recorrido en una muestra cabal del ejercicio de la docencia sin pensar en el sacrificio ni en el riesgo.
Hoy el mítico colectivo de Lamas ya no está, otros son los medios de transporte que se utilizan pero lamentablemente se encuentran hoy, pasados más de diez años, con la misma postal, una postal que nunca hubiéramos querido volver a revivir.
