Si existe un problema de inseguridad la responsabilidad es del municipio, al igual que de salud, tránsito, alcoholismo, drogas, minoridad, carencia de viviendas, desempleo, inundación, servicios, pobreza, etc., etc. Así lo entienden la mayoría de los vecinos, que convierten a las autoridades comunales en el Puching Ball de sus reclamos, por entender que el intendente es un Dios o semidiós que todo lo puede y por lo tanto debe brindar una adecuada solución a todos los problemas de la comunidad.
Incluso el periodismo, nosotros mismos, nos ponemos a la cabeza de reclamos en los cuales exigimos que sean las autoridades municipales las que tomen cartas en el asunto cuando desde el gobierno provincial o nacional no dan las respuestas que debieran, o sus empresas de servicios, sean de gas, energía eléctrica, agua, etc. los prestan con ineficiencia, causando todo tipo de inconvenientes y perjuicios.
El cargar las tintas sobre el gobernante de turno es propio de la acción política y está bien que así sea. Es una manera de acicatearlo para que se sume al vecindario y se ponga a la cabeza de sus reclamos, ya que en definitiva es su representante, la persona que eligieron para que comande el barco de la comuna. Pero de ahí a responsabilizarlo de todo y cargarle al debe la suma de los problemas de la comunidad, suena como demasiado.
Compartir y repartir las responsabilidades suena mejor. Y no permitir que el que gobierna mire hacia un costado. Colaborar y apoyar todo aquello que tenga como fin el bien común. El intendente debe gobernar para todos, pero todos, aún los de otro color político, deben acompañar cuando las acciones se encaminen a resolver necesidades y urgencias de los vecinos.
Decimos todo esto porque Casares tiene aún muchas carencias, hace falta no solo la acción decidida del gobierno comunal, sino el fuerte apoyo de la ciudadanía desde todos sus estamentos. Los pueblos que progresan tienen pobladores progresistas, sueñan con parecerse a comunidades exitosas y lo logran.
Mirando hacia atrás es mucho lo que se ha logrado. Comparando todavía falta. Dejémonos de comparar y sumemos voluntades para hacer realidad nuestros sueños. Gestionemos todos el futuro.