Las víctimas de accidentes en motos, desde lesionados leves a gravísimos con serios compromisos cerebrales, son algo cotidiano en la sala de guardia del hospital municipal. Si bien para tener porcentajes exactos debían ser consultadas planillas, un profesional entrevistado nos dijo que un 50% o tal vez más de los pacientes que ingresan a la guardia por traumas, son víctimas de accidentes en moto. Algunos con lesiones leves, otros con graves que no llegan a comprometer su vida, y también con lesiones gravísimas que son internados en terapia o derivados a centros de salud de mayor complejidad. Nada mejor que la guardia del hospital para tener una cabal idea de la problemática de las motos, los accidentes cotidianos y la comprobación de la importancia del uso del casco. «Muchos de los pacientes que ingresan a terapia con serios traumatismos de cráneo, no los hubieran sufrido de haber usado casco», nos decía un facultativo consultado que realiza guardias en terapia.
¿QUE HACER?
Pareciera que se predica en el desierto, que la cantinela de que se debe usar casco ya es cansadora, y hasta se escucha por ahí alguien que dice: «Cada cual es dueño de su vida».
Lamentablemente, y esto ya lo hemos puntualizado una y otra vez, se relajaron los controles, los motociclistas han dejado de usar casco o los llevan en el brazo, pero los accidentes se incrementan y la guardia del hospital es receptora de las víctimas.
Los progresos que se habían logrado a través de las campañas de concientización, los operativos y el constante machacar en la comunidad para lograr que los motociclistas usen casco, había dado buen resultado. Lamentablemente se está volviendo a fojas cero. ¿Se habrá perdido la batalla, o simplemente habrá que reforzar los controles, instrumentar campañas más severas y disciplinar a aquellos que tanto deprecio parecen tenerle a la vida.