La violencia en el fútbol, incomprensible por cierto, es algo recurrente y en cierto punto alarmante, que muestra como un deporte que debiera ser un divertimento agradable, puede llegar a sacar lo peor del ser humano, al punto de llegar a convertirlo en una lucha de bestias capaces de quitarse la vida por una rivalidad de clubes.
Eso claro, en Casares no ha pasado, pero en los últimos tiempos se aprecia que el nivel de agresión de las hinchadas suele mostrar facetas desconocidas de muchas personas que al concurrir a los campos de juego se transforman de tal manera que se muestran irreconocibles. Y si a eso le sumamos que últimamente los jugadores agreden físicamente a los árbitros, da para pensar de que si no se aplican los correctivos que fija la Ley del Deporte, en un futuro habrá que lamentar males mayores.
Y lo que es peor se observa que muchas de esas acciones son justificadas por buena parte de los espectadores que concurren a las canchas, los que sin mostrar el apasionamiento de los más vehementes y agresivos, le encuentran explicación a su proceder, por entender que los árbitros generan esas reacciones con sus fallos, exhibiendo poca capacidad y profesionalidad. Si fuera así, lo que es probable tal vez, ¿hay que pegarles para que aprendan?.
No podemos dejar de reconocer que la sociedad está últimamente muy agresiva, sea a nivel deportivo, político y también de las relaciones normales entre las personas. La intolerancia es un común denominador. La gente se enoja, se increpa, llega al insulto y descalifica ante la menor fricción. Reina el mal pensamiento, la duda, el cuestionamiento a la moral, a la honestidad y a la corrección. Como en un partido de fútbol el adversario pasa a ser el enemigo, cómo en la política, el que piensa distinto es el equivocado.
¿Por qué tanta violencia? . La del fútbol tal vez sirva para el ejemplo dominguero, pero en la historia de todos los días la amabilidad, el buen trato, y la buena onda son bienes escasos, cada vez más escasos.
Pegarle al árbitro tal vez sea el banco de descarga de un apasionamiento deportivo, pero en el resto ¿qué es?.