La crisis con el personal no docente de educación de la provincia de Buenos Aires ha adquirido una magnitud que muy pocos previeron, temiéndose en el gobierno provincial que el conflicto se propague al resto de la administración provincial.
El paro del personal administrativo que implica estar sin sistema operativo, provoca la imposibilidad del acceso a las cuentas de sueldos, a lo que se suma la no recepción de los recibos de sueldos, algo de vital importancia para cualquier trámite bancario o atención en salud.
A esto debe sumársele una cuestión que data de bastante tiempo atrás y que son los atrasos en el envío de fondos correspondientes a distintas partidas por parte de la Dirección General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires, que afecta el pago a proveedores de transportes, alquileres y alimentos para los comedores escolares a través del SAE (Servicio Alimentario Escolar), donde la última remesa de dinero se habría producido varios meses atrás, los que siguen funcionando gracias a la solidaridad de muchos proveedores; sin dejar de lado las partidas para obras de infraestructura las que prácticamente estarían paralizadas en todo el territorio bonaerense.
Todas estas cuestiones, por supuesto afectan también el desenvolvimiento del Consejo Escolar de Carlos Casares, el cual estaría, de acuerdo a informaciones extraoficiales, en una situación similar a los del resto de la provincia, es decir: con muchos inconvenientes para desenvolverse por la falta de remesas de dinero, especialmente para los comedores escolares.
De acuerdo a lo publicado en el diario El Día de La Plata, refiriéndose al conflicto: “preocupa el estancamiento, la persistencia de la toma, la falta de vías de soluciones y el ejemplo que podría significar para el futuro cercano.”
