El «Plan Estratégico» pasó al olvido

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El próximo martes 16 de octubre se cumplen 8 años desde que en la misma fecha de 2004, durante la gestión del entonces intendente Omar «Peli» Foglia se lanzó, quizás su obra más ambiciosa, el Plan estratégico Casares 21, al que se lo mostró como una visión compartida de todos los casarenses tendiente a cristalizar con la acción mancomunada de las autoridades, las instituciones y la sociedad civil, un proyecto de ciudad que bregue por la igualdad y la inclusión , a fin de crear las condiciones ideales para construir el futuro de nuestra ciudad y el partido en general.

Pero todo no pasó de un sueño, de una visión que quedó en  el olvido y de la cual ya no se habla. Detrás quedó un gasto y un trabajo muy importante, en el que participó el Equipo Técnico de la Universidad Nacional de La Plata, el Equipo Técnico de la Municipalidad, el Honorable Concejo Deliberante, la Federación Agraria Argentina filial Carlos Casares, el Centro Industrial de Carlos Casares, la Sociedad Rural de Carlos Casares, la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Carlos Casares y la comunidad en general. Un planeamiento estratégico y una forma de pensar el cambio, «basado en un análisis compartido y participativo de la situación de nuestra comunidad», que a la velocidad en que giran los acontecimientos, el cúmulo de nuevos desafíos, las crisis y los avances del mundo moderno, ha quedado seguramente ya desactualizado, y en poco tiempo más puede ser inservible.

Podemos achacar su falta de aplicación a un cúmulo de razones que van desde lo económico a lo político, pero lo concreto es que se trató de un ambicioso trabajo costeado con dineros públicos destinado a insertar a Carlos Casares en el carrusel de las ciudades modernas, abierto a todos los campos y a todas las actividades, dejando de lado la utopía para hacerlo realidad.

8 años han pasado y el Plan Estratégico Casares 21 es solo un libraco declamatorio de lo que puede y debe hacerse en Carlos Casares para insertarse en serio en el siglo 21.

Típico de sociedades como la nuestra, abiertas en lo social pero cerradas en lo político, en las que no se concibe compartir las ideas  y menos aún darle continuidad a obras que hicieron otros.

Pero verdades al canto, tampoco el Plan Estratégico mostró ejecución en los años que siguieron a su lanzamiento, en los cuales gobernó su mismísimo creador y quien lo sucedió, que fue de su mismo partido.

Obras son amores, pero hay amores que matan…

 

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