Siempre se pensó, se sostuvo y hasta se instaló como una verdad absoluta que la política es cosa de hombres” (y no por machos sino por machismo). Por eso, cuando el transcurrir del tiempo nos fue dando ejemplos dignos y destacables que nos muestran que representantes del llamado “sexo débil”, en la política se han sabido ganar un lugar, muchas veces a la par de los hombres y en otras, delante de ellos. Por eso no es de extrañar, que desde la función legislativa y ejecutiva encontremos ejemplos que avalan totalmente esta última afirmación. Y así, diputadas, senadoras, gobernadoras, ministros y hasta presidentes, son ocupados con disímiles muestras de capacidad, por las damas.
En nuestro medio, si bien aún no hemos tenido una Intendente, si Secretarias y concejales han mostrado su presencia.
Vaya este introito como impulso implificador al comentario que nos ocupa. En las últimas sesiones de nuestro H. Concejo Deliberante, hemos visto un par de discusiones, muy interesantes por cierto, que han tenido como exponentes principales a tres damas del mismo: la Presidente del Cuerpo, Ana Laffont, la integrante del Bloque de Unión Vecinos Casarenses, Ana María Grasetti y la representante del Bloque unipersonal de la U. C. R., Silvia Banfi.
No es el propósito de este comentario hacer un análisis cualitativo de la actividad de ninguna de ellas, pero sí una evaluación cualitativa de la labor de quien desde la soledad de una Banca, y en representación de uno de los más reconocidos e importantes espacios del espectro político argentino, como lo es el más que centenario partido de Leandro N. Além, Hipólito Yrigoyen y Raúl Alfonsín, por citar a algunos de los que lo hicieron grande, debate con la enjundia y el entusiasmo dignos de una opositora de ley. A veces logra su cometido, otras tal vez no, pero el intento es lo que vale y lo que justifica el esfuerzo. Sin la estructura de un grupo, como lo son otros bloques, como un Cid Campeador de la política lugareña, demuestra Silvia Banfi, más allá de sus éxitos o fracasos, que son circunstanciales, que sobre sus espaldas no pesan más de cien años de historia de una agrupación a la que defiende a capa y espada, constituyéndose en muchos pasajes de la sesiones del Concejo, como la protagonista de una versión que podíamos intitular “La oposición tiene cara de mujer”
JUAN DOMINGO ONDANO