Si existe un trabajo ingrato, riesgoso y seguramente poco remunerado, ese trabajo es el de recolector de basura. Muchachos y otros no tan muchachos que se suben al camión en movimiento y bajan corriendo a buscar las bolsas de desperdicios, algunas muy pesadas que arrojan sobre el camión para repetir ese trabajo una y otra vez, cientos de veces hasta terminar la jornada exhaustos, con los músculos entumecidos y dolores en todo el cuerpo.
Uno de esos recolectores, Mauro Mariano Brun, de 32 años, que se sintió molesto porque a sus compañeros los proveían de calzado o les daban una extra para comprarlo y a él no, no tuvo mejor idea, a manera de rebeldía, que hacer su trabajo de recolector de basura DESCALZO, sin protección alguna en sus pies. Trabajo que hizo por dos días, hasta que prácticamente imposibilitado de caminar con sus tobillos hinchados y ampollas al por mayor debió ser atendido en el hospital. Al decir de un bromista de esos que nunca faltan, «prácticamente hubo que cambiarle media suela…».
CHAU
Como Brun era jornalizado y su acción no cayó bien en sus superiores fue despedido. El muchacho recurrió a un abogado, el Dr. Leandro Aguirre Zabala, que fuera asesor letrado de la comuna en gobiernos radicales, quién realizó algunas gestiones logrando que Brun fuera reincorporado y se le diera como destino el Ceproc, lugar donde procesan la basura. Allí según el abogado, por palear basura y realizar trabajos pesados sufrió una indisposición en su cintura (lumbalgia o similar), faltando al trabajo con carpeta médica, por lo cual fue despedido nuevamente. Ahora el Dr. Aguirre Zabala ha realizado una presentación judicial y se está a la espera de lo que la justicia decida.
La noticia no pasa por lo que decida la justicia, sino por la locura de hacer la recolección de basura descalzo durante dos días, acción que bien puede figurar en el libro guinnes de los récords…