Hace 20 años a Smith le pusieron bandera roja

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Foto obtenida durante la visita del entonces Gobernador Duhalde a Smith. En la misma vemos al ex intendente Rampi junto a los hermanos Lito y Adolfo Grobocopatel.

Fue una historia de carácter relevante. Que se rematara un pueblo en el que vivían cientos de habitantes no era una noticia común. La prensa nacional le sacó el jugo con decenas de notas en diarios, radios, programas de televisión y las revistas de actualidad. Hasta la señora de los almuerzos, Mirtha Legrand se ocupó del caso comprometiendo al gobernador Duhalde para que solucionara el problema. La municipalidad local y su entonces intendente Pascual Rampi hicieron lo necesario para que ese problema tuviera rápida y efectiva solución política. Y el 28 de noviembre de 1992, con la presencia del gobernador Duhalde, de la mismísima Mirtha Legrand y más de 3 mil personas, se realizó en Smith una colorida fiesta organizada por una comisión presidida por Adolfo Grobocopatel, en la cual se hizo entrega de las escrituras a los pobladores, dándose por zanjado el problema, siendo arriada la amenazante bandera roja, que le dio a la localidad de Smith una repercusión nacional impensada y espectacular.

 

ASÍ LO RELATÓ EL OESTE EN EL SUPLEMENTO ESPECIAL DEL CENTENARIO DE SMITH

 

Fue extraído del importante trabajo realizado por el historiador casarense Nelson Bessone en su trabajo «COMPENDIO DEL CAMPO CASARENSE» (Desde los fortines al Bicentenario).

 

EL REMATE DEL PUEBLO

Su repercusión nacional.

 

Las estaciones ferroviarias surgían de la necesidad de tener cada cierta cantidad de kilómetros un lugar donde abastecer de agua sus calderas. El loteo de terrenos para el caserío se tornó a las mismas, era una inversión del adjudicatario en la esperanza de que el pueblo prosperara.

En la mayoría de los pueblos de campaña, luego de una venta inicial más o menos importante, el negocio pronto declinaba dejando de ser de interés hasta para los cobradores de las cuotas de los terrenos entregados con libreta, por lo que nunca llegaban a escriturarse. A estas dificultades en nuestro caso se agregaba la quiebra de su fundador.

Cuando el síndico Rodolfo Moreno, para cobrar los honorarios derivados del concurso civil de Enrique J. Smith, que ya habían pasado por 17 jueces y otros tantos síndicos, dispuso la venta en remate público de los solares del pueblo, única propiedad sobreviviente, era difícil de imaginarse que aparecieran compradores extraños interesados en terrenos ocupados y prescriptos. No obstante, la masiva difusión que tuvo este hecho por radio, televisión de aire, diarios y revistas, más la intervención de las autoridades municipales y provinciales pagando la suma solicitada, permitió corregir una situación que venía arrastrándose desde sus inicios por las causas conocidas otorgánse escrituras gratuitas a todos los interesados.

Una noticia aparecida en “La Prensa” del 26-04-1992 anticipaba que “una pequeña localidad bonaerense podría ser rematada como derivación de un viejo pleito”.

El diario “El Cronista” del 29-04-92 titulaba en tapa: “Un lugar llamado Smith. ¿Qué pasa cuando un pueblo sale a remate?. Más de 40 familias de una población de 400 personas, que han pagado sus casas y viven en esta localidad desde hace por lo menos 30 años, verán subastadas sus viviendas, la Capilla, el destacamento policial, el puesto sanitario y la pista de baile del club están amenazados”.

 

La revista “Gente” titulaba: “Tierra de nadie” Smith amenazado por el remate”. Apenas a 380 kilómetros de Buenos Aires… una mañana, los 400 habitantes se despertaron en medio de una pesadilla. Sus campos, sus casas y hasta su iglesia pasarían por las manos de un martillero. Una historia que se remonta al siglo XIX, cuando un tal Smith decidió fundarse un pueblo”.

 

“La Nación en su edición del 20-06-1992 publicaba una nota de su enviada especial Claudia Boragni titulando: “El viejo pueblo de Smith dejó de sufrir una increíble pesadilla”. Además aparecía la foto del intendente Rampi y del delegado Gianuzzi, en el sector de la parrilla del Club y aparte la del antiguo poblador don Jacinto Fernández de 97 años quien declaraba: “No me importa si no me dan las escrituras, yo siempre fui dueño de esta casa porque la levanté con mis manos. Lo que pasó aquí es que vinieron muchos vivos que nos sacaron la plata con promesas incumplidas”.

 

Clarín en su edición del 21-06-1992 titulaba en tapa: “52.000 dólares por un pueblo. Lo compró el gobierno bonaerense para evitar su remate y lo donó a sus habitantes. Se llama Smith en el oeste de la provincia”

 

El Oeste en su edición del 24-06-1992 publicaba en tapa un excelente dibujo de Ángel B. Bustamante mostrando la vista de una calle de Smith y un gran cartel vial indicando “Pueblo Duhalde”, como homenaje al gestor de su escrituración.

 

La revista “Noticias” del 28-06-1992 con textos de Ignacio Fidanza, publicaba fotografías de los vecinos Aureliano Domínguez y Gilberto Borsato, del Intendente Rampi compartiendo un almuerzo en la parrilla del club de la estación y una vista aérea tomada desde la torre de teléfonos. Titulaba “Golpe de martillo, la increíble historia de Smith, un pueblo de Buenos Aires”.

Iniciaba la nota con una comparación que servirá a los lectores futuros para apreciar el costo real del pueblo:

 

“Con 52.000 dólares se pueden comprar, por ejemplo 2 autos 0 km., 7 motos japonesas, 50 televisores color, un departamento de tres televisores color, un departamento de tres ambientes, o… un pueblo de 700 personas en la Provincia de Buenos Aires, sobre todo si ese pueblo se encuentra a 30 km. de Carlos Casares y a 350 kilómetros  de la Capital Federal y se llama Smith. El pasado 9 de Junio, en el Juzgado Civil Nº 1 se reunieron el juez Basavilbaso, autoridades de la Gobernación, Pascual Rampi (49), intendente a cargo de Smith y el síndico Rodolfo Moreno, para sellar el acuerdo”.

 

En una viñeta que publicaba en “Humor Registrado” número 319 del mes de julio de 1992, aparece un matrimonio frente al televisor que anuncia “!El pueblo de Smith fue adquirido por el gobierno¡” y la respuesta del hombre ¿Quién los entiende? ¡Primero venden el país y después lo compran al menudeo¡, aludiendo a la ola de privatizaciones ocurridas por aquel entonces.

 

El 28 de noviembre de 1992 el gobernador Duhalde, sus ministros, el obispo de 9 de Julio Monseñor José Vicente Tommasi, intendentes y periodistas, con la rutilante presencia de Mirtha Legrand de Tinayre como invitada especial, retornaba al pueblo para entregar las prometidas escrituras. Se habían entregado 25 de las 520 escrituras. Hablaron el vecino Solis López, el presidente de la Comisión de Festejos, Adolfo Grobocopatel, el Intendente Pascual Rampi y Eduardo Duhalde. Para regocijo de los presentes éste prometió terminar la Ruta 50 y ser él quien la inaugurara. En el galpón del ferrocarril se sirvió un asado con cuero, para el que se carnearon 8 vaquillonas y 58 lechones, concurriendo más de 2.000 personas, Samuel Grobocopatel obsequió al gobernador un caballo ensillado con un recado de cuero de carpincho. En el discurso el intendente Rampi dijo que vista la grave situación no había tenido más remedio que hablar con el Gobernador para tratar de solucionarla.

 

El 11 de diciembre de 1992, cuando ya toda la euforia del final feliz se había acallado, el gobierno de Duhalde publicaba en los diarios capitalinos un suplemento especial titulado “Un año de gobierno” en el que destinaba un lugar destacado con el título “Pueblo de Smith, el fin de la amenaza sin remate de tierras” haciendo las siguientes consideraciones.

 

A mediados de este año sonó el despertador y los sufridos habitantes del pueblo de Smith volvieron a respirar con alivio. El vicegobernador de la provincia, Rafael Romá, firmó un decreto por el cual el estado provincial se hizo cargo de aportar los cincuenta y dos mil dólares necesarios para poner las cosas en claro y devolver sus propiedades a los legítimos dueños”…

 

 

LA RUTA 50 TUVO UN GRAN IMPULSO EN ESA FIESTA

 

Como decíamos anteriormente Duhalde fue acribillado a pedidos para que termine la ruta 50. Desde el intendente Rampi hasta Adolfo Grobocopatel (que prometió besarla cuando pasara por Casares), a todos los vecinos de Smith, Moctezuma e Hisrsch que le remarcaron al gobernador su necesidad. Duhalde tomó nota y puede decirse que allí mismo se comprometió a realizar la obra, cumpliendo firmemente con su compromiso. Tiempo después la ruta 50 fue una realidad, y Grobocopatel pudo darse el gusto de hincarse sobre la misma y besarla.

 

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