En lo que fue algo inusual y divertido, el lunes 17 en horas de la tarde los chicos de Mi Casa Grande jugaron al basquet con los mayorcitos de Rotary Club, en un partido que tuvo de todo. Las hinchadas alentaban a los integrantes de uno y otro equipo, mientras los jugadores se esforzaban por convertir tantos, que en realidad no fueron tantos porque la buena puntería brilló por su ausencia. De todas maneras festejaron varios dobles, algunos triples, pero eso fue en el rico lechón y asado que luego compartieron directivos de Mi Casa Grande, integrantes de la cooperadora y rotarios, junto a los chicos, los que pasaron momentos de sana alegría.
En el transcurso del asado hubo desafíos, cargadas y promesas de revancha, comprometiéndose a jugar la próxima vez el rotario Rubén «Manu» Díaz, que esta vez no pudo por problemas en sus cuerdas vocales.
Tanto miembros de la cooperadora como directivos del Hogar quieren expresar su agradecimiento, y el de los chicos, a la familia rotaria por su generosidad y buena onda, aunque dejaron expresamente aclarado que para la revancha van a cambiar el árbitro porque es un vendido. Ehhhh!.
No es la primera vez que Rotary se acerca a Mi Casa Grande. La pileta conque cuentan fue donada por la institución, y la cancha de basquet por el rotario Adolfo Grobocopatel en nombre de Los Grobo.
Por Rotary jugaron su presidenta Fernanda Florit, Adolfo Grobocopatel, Alberto Hernández, Tomás y Germán Von Wernich y Claudio Coronel (capitán). Por Mi Casa Grande su directora Ayelén Lombardo, el presidente de la cooperadora Juan Gemelli, directivos y alumnos.