Es conocido que en tiempos de elecciones son muchos los vecinos cuya situación económica es mala y se encuentran verdaderamente necesitados, que se acercan a los candidatos y tratan de lograr de estos alguna ayuda de tipo material, sea que les paguen el recibo de la luz, una garrafa, que les den algunos pesos o lo que fuere bajo la promesa del voto. De ahí que se diga que los candidatos políticos se aprovechan de la necesidad de la gente para lograr que los voten.
La contrapartida de todo esto es que no existe la plena seguridad de que sus beneficiados lo hagan. Son repetidos los casos de vecinos que piden a los políticos de todos los partidos bajo la promesa de votarlos y luego se inclinan por el de su preferencia.
Por qué no hacer lo mismo los políticos?. Existe una puja entre nación y provincia, que curiosamente son del mismo partido político, por el electorado bonaerense. La nación a través de sus primeras espadas desembarcó en la provincia prometiendo el oro y el moro intentando seducir a los intendentes. La provincia, a la que le corresponde por derecho la atención de sus municipios seguramente deberá hacer lo mismo. ¿Por qué entonces los intendentes no pueden aprovechar las promesas de ambos y de esa manera lograr obras y cubrir de esa manera las necesidades hasta el momento insatisfechas?.
Llevado al plano local, ¿qué importa de que lado está el gobierno comunal si frecuentando a uno y a otro logra concretar las obras que Casares necesita?. Ya llegará el tiempo en que los políticos deban elegir de que lado están para poder repetir sus gestiones y hacer realidad su proyecto político. Mientras tanto podemos reeditar ese verso popular que reza así:
La mujer que quiere a dos, no es zonza sino entendida, si una vela se le apaga, la otra le queda encendida.
Le cabe al intendente Torchio manejar con habilidad su política comunal, pero si en estos tiempos de carencias su corazón le dice que su amor debe repartirse, seguramente no será zonzo, sino entendido…