Cuántas historias, si las hay, de la legendaria laguna de Algarrobos, que por muchos años fuera balneario de los casarenses allá por los años ´20 y mucho tiempo más. Era el lugar preferido de los jóvenes modernos de aquel entonces, algunos de los cuales, los más adinerados llegaban en sus Ford T o en sus chatitas, y lucían osados trajes de baño. Luego vinieron épocas de sequía, la laguna quedó resumida a la parte central y el balneario dejó de ser tal. Pasaron los años, vinieron las inundaciones y la laguna volvió a llegar a su pico máximo, pero ya había otras opciones y salvo algún intento de hacerla un polo pesquero, que tampoco pudo hacerse, quedó en el olvido. Solo recorrían sus márgenes algunos nostálgicos o aquellos que iban al cementerio israelita y se quedaban unos minutos observando la vastedad de la naturaleza.
RESURGE CON INUSITADOS BRÍOS
Pero, cuando todo parecía que la laguna de Algarrobos – balneario había pasado a la historia, de buenas a primeras jóvenes y en realidad gente de todas las edades ha vuelto a disfrutar de sus aguas y va periódicamente, hacen asados en sus márgenes, los novios se entregan a sus arrumacos y hasta son numerosos los que van allí de noche a contemplar la luna reflejada en sus aguas y sumergirse en las mismas. Hermosas jóvenes lucen sintéticas bikinis, suenan ritmos de música moderna, y el lugar se ha hecho de moda, al punto de que ya algunos pretenden explotar algunos servicios como sombrillas, reposeras y venta de gaseosas y sandwiches. También se observan botes, lanchas y motos de agua, por lo que tal vez sea demasiado presuntuoso, pero a la mítica laguna podríamos llamarla «la Cariló casarense».