Al Vasco Bassagaisteguy lo conocí antes de nacer, era amigo de mis viejos desde que eran novios. Lo puedo recordar asociado a momentos alegres de la vida: los picnics del dia de los estudiantes en “La Media Luna” donde era un mayordomo señorial; en los asados y reuniones llenas de anécdotas y frases célebres que lo tenían como protagonista; como compañero de trabajo en los inicios de Los Grobo con una voz cálida y experimentada sobre los problemas de la vida ; como funcionario público predispuesto a escuchar atento y respetuoso aún lo que era insólito; como compañero de viajes con interminables charlas sobre la vida , el trabajo y el valor supremo de la amistad.
No recuerdo haberlo visto discutir o enojarse, hablar mal de alguien, ser pesimista. La vida para el Vasco, a pesar de los muchos contratiempos que le tocó sufrir, no daba lugar a los malos sentimientos o enojos, para El – pienso ahora – era como perder el tiempo.
De la vida nos llevamos aprendizajes , con el Vasco experimentamos el valor de la amistad. Que en paz descanses entrañable e inolvidable amigo.
Gustavo Grobocopatel