Nadie lo sabía, ni siquiera salió en los obituarios de los diarios capitalinos, tampoco muchos de sus familiares estaban enterados. Falleció el casarense José María Beraza, más conocido por «Pepe», a la edad de 93 años. Su deceso se produjo el 15 de febrero del corriente año en Punta del Este (Uruguay) lugar de residencia habitual en estos últimos años, si bien también se lo veía frecuentemente en sus oficinas de Buenos Aires.
Su muerte rodeada de cierto misterio se habría producido por causas naturales. El poderoso empresario fue dueño en un momento de casi 200 mil hectáreas, integrante de distintas sociedades, propietario de una fábrica de aviones en San Juan, Chincul S.A, licenciataria de Piper Aircrraf, también propietario de las famosas tiendas Harrods de Buenos Aires, hoy Galerías Pacífico, entre otras muchas empresas. Se casó con una profesora de educación física de Pehuajó y tuvo tres hijos varones. Vivió muchos años en Carlos Casares, siendo asíduo concurrente y dirigente del Club Atlético, la divisa de sus amores. Ya radicado en Buenos Aires fue prácticamente un zar de los negocios, pero poco y nada trascendía de sus actividades, y en contadas oportunidades vino a esta ciudad a reencontrarse con sus amigos de la juventud. La noticia llegó a nuestra redacción acompañada de otras versiones que no pudieron ser confirmadas. Sólo se nos dijo que efectivamente había fallecido en la ciudad balnearia uruguaya.
En distintas oportunidades «Pepe» Beraza mantuvo contacto con El Oeste, ya que cultivaba con los integrantes de esta casa una amistad de muchos años. En ediciones de los años 50/60 nuestras páginas se nutrían con noticias generadas por sus actividades políticas (militaba en la UCRI llegando a ser concejal) y empresariales, ya que poseía muchos campos en nuestro partido, siendo conocidos casarenses sus más inmediatos colaboradores, tal el caso de «Chara» Aronskind y «Perico» Dandlen, ambos ya fallecidos.
A «Pepe» Beraza se lo consideraba un empresario brillante, intuitivo y audaz, que amasó una fortuna en muy pocos años. Apenas trascendieron algunos aspectos de su vida privada. Se sabe que se separó de su mujer, que tuvo algunos traspiés de tipo económico, pero gracias a su capacidad de trabajo y al manejo personal de sus negocios logró mantener la solidez de su empresa, aunque a un ritmo moderado.
Nada más podemos decir, existe un velo de misterio producto de la reserva con la cual fue manejada la noticia de su fallecimiento.