Siempre se dijo y realmente lo sigue siendo, que Carlos Casares era un partido que basaba su riqueza en el agro. Somos por lo tanto un pueblo agrícolo ganadero. Pero, no podemos dejar de reconocer que en los últimos años, primero en forma incipiente y luego con más auge, ha crecido de manera notable la actividad industrial, al punto de que en estos momentos la capacidad del Parque Industrial de Carlos Casares se encuentra colmada. Se han instalado allí una serie de fábricas, algunas pequeñas, otras medianas y varias grandes, las cuales han trascendido al plano internacional y exportan a diversos países del mundo. Una realidad que seguramente han soñado aquellos visionarios que le vieron a Carlos Casares un futuro industrial y fueron incansables promotores de esa actividad , sea a través de la filial local del Centro Industrial, como así también desde el municipio, logrando la creación del Parque Industrial. Un predio que por años estuvo deshabitado, creciendo los pastos junto a las calles asfaltadas a su iluminación ciega y a los terrenos baldíos a la espera de la instalación de industrias. Pero, poco a poco aquellos sueños fueron cobrando realidad y una a una fueron creciendo «las chimeneas», por así graficar a esa fuente de riqueza, generadora de trabajo y transformadora del tejido social de los pueblos. Y hoy gracias a un grupo de jóvenes que promocionan, fomentan y alientan la actividad industrial, nuestra tradicional calificación de pueblo agrícolo ganadero admite que poco a poco se sume la industria como fuerza generadora de riqueza y progreso.
Hoy se ve a un gobierno municipal comprometido con la producción en todos sus aspectos, y seguramente lo estarán aquellos gobiernos que lo sucedan. Ya la industria ha logrado en Carlos Casares un lugar preponderante junto a la producción agropecuaria, y sin duda alguna en el futuro cobrará una dimensión inusitada que le dará a nuestra comunidad un impulso generador de crecimiento y desarrollo.
Hoy quisimos señalar un hecho auspicioso y positivo, una realidad tangible que avizora un escenario prometedor. Vamos en la dirección acertada.