Crispación. Palabra últimamente muy usada para describir el nivel de irritación y exasperación que muestra la sociedad en su conjunto. Un estado del que ni siquiera están libres los casarenses, que en distintos ámbitos muestran su enojo, descontento, revanchismo, haciendo públicas sus desavenencias, privilegiando la confrontación antes del diálogo. Se desconfía de la policía, se duda de la justicia, la corrupción parece un buscapié que recorre desde la política a las instituciones, de la religión a las empresas, de los funcionarios hasta sus familias. Nadie parece estar libre de sospecha. Lo que sucede en el ámbito nacional parece salpicar nuestra sociedad sensibilizándola mal, lastimando la buena vecindad, haciéndolos olvidar que en el fondo somos una gran familia.
Los argentinos nos ufanamos que tenemos al Papa, a Máxima y a Messi, nos vanagloriamos de ser lo más, pero internamente nos hacemos pedazos, como si quisiéramos autodestruirnos. Casares, si nos propusiéramos podría ser el paraíso, nuestro lugar en el mundo, libre de tanta mala onda, digno de ser vivido. Pero, siempre hay algo que nos enfrenta, que enciende nuestros malos pensamientos, que muestra ese nivel de crispación que hablábamos al principio.
Dando una recorrida por Facebook cuesta creer que esa red social creada para la comunicación y la relación entre las personas, sea un medio en el que se vuelcan las frustraciones, se critica impiadosamente, se insulta sin pudor, se denigra desde el anonimato.
Muy lejos de pretender que este sea el Sermón de la Montaña, al menos aspiramos a que como dicen los más jóvenes, bajemos un cambio y recapacitemos, porque en Casares hay muchos otros vecinos que trabajan en positivo, que son militantes sociales que han elegido preocuparse por el prójimo, que miran hacia el futuro con optimismo. Una mirada que muchos de nuestros dirigentes no tienen, cuando son ellos quienes debieran tenerla en lugar de escamotear la posibilidad de crecer buscando coincidencias y afinidades.
Si tenemos lo mejor, ¿cómo es que no lo aprovechamos?.