El domingo ppdo. la pequeña localidad de Mauricio Hirsch vivió un acontecimiento histórico e irrepetible celebrando con distintas actividades su centenario, 100 años de lucha, alegrías y tristezas de una comunidad signada por el éxodo pero que mantiene firme sus raices impregnadas de amor por su terruño.
Las actividades comenzaron con una misa en Acción de Gracias oficiada por el cura párroco en la Capilla “Sagrado Corazón”, para a su término, los presentes dirigirse a la amplia carpa desplegada para compartir y disfrutar del almuerzo del centenario.
EMOCION Y REENCUENTROS
Una concurrencia de casi 900 personas se dio cita en la inmensa carpa desplegada para el almuerzo, muchos de los cuales provenientes de distintos puntos del país dispuestos a revivir y celebrar tan especial aniversario, produciéndose reencuentros muy emotivos.
El servicio estuvo a cargo de “El Negrito”, de Aníbal Andrade, y realmente estuvo acorde a tan importante celebración, comenzando con la puntual y esmerada atención para todos los comensales que disfrutaron de un menú exquisito y abundante, cuyo plato principal consistió en asado con variadas ensaladas, todo a discreción y excelentemente atendido por los 30 mozos encargados para tal fin.
LOS DISCURSOS
Previo al tan esperado almuerzo, hicieron uso de la palabra el encargado del servicio Anibal Andrade, como hijo de Mauricio Hirsch, el Presidente de la Comisión del Centenario, Jorge Barenstein, la delegada de la localidad Claudia Pérez y para finalizar el intendente municipal Esc. Walter Torchio.
Al gran almuerzo desplegado frente al club Agrario, se desarrollaron distintas actividades como la presencia de numerosos artesanos que le dieron un paisaje diferente a la plaza Victorio Roncatti, la presentación del Gymnaní con su show de danza, música, color, siendo el broche de oro de los espectáculos la actuación del Grupo “Ajenjo”, de la ciudad de Tandil.
Fue un domingo inolvidable para esta pequeña pero emblemática localidad de nuestro partido, que vivió y disfrutó de su centenario plenamente rodeada del cariño y la presencia de quienes la recuerdan permanentemente.