Desde algún tiempo con intervención del Movimiento Evita local se ha logrado incluir a Casares en los programa de abaratamiento de la canasta familiar «Verdura para Todos» y «Pastas y Pescados para todos». Son camiones que ya sea de verduras o de pescados y pastas, llegan a los distintos pueblos del interior y venden sus productos a precios sensiblemente menores a los de plaza. Ello conlleva a que los vecinos respondan a la convocatoria y adquieran dichos productos, generando malestar entre los comerciantes, que afirman que pagan alquileres, impuestos municipales, provinciales y nacionales, y quienes traen dichos productos no pagan nada.
Surge además una contradicción respecto a los postulados de la Cámara de Comercio local, que alentando el eslogan «compre local» intenta controlar el avance de vendedores ambulantes y otros que no cumplen con los requisitos sanitarios, impositivos y legales que le son exigidos a los comerciantes locales.
En el medio están las políticas oficiales dirigidas a permitir que las clases más oprimidas, aquellas que son víctimas de la creciente inflación y la voracidad de las empresas comercializadoras, tengan acceso a los alimentos a precios muy por debajo de los normales ya que no sufren ningún tipo de intermediación.
Por último debemos tratar un tema preocupante y que tiene que ver con la reación de quienes creen sufrir una competencia desleal, que los perjudica notablemente, y es el caso de los verduleros y fruteros locales, que lejos de contemplar la irrupción de esos «camiones de la economía», y «masticar su bronca» como lo hacen aquellos vendedores de pastas o pescados que también se ven perjudicados, generan acciones filo violentas, que se sabe como comienzan pero no como terminan, debiendo actuar la fuerza policial, como ha ocurrido recientemente.
»Defendemos nuestras empresas, nuestras fuentes de trabajo, la comuna no debe permitir este atropello» decían a viva voz los verduleros, que afirman que no tolerarán que los camioneros de «Verdura para todos» vendan a Casares, y si así lo intentaran están dispuestos a echarlos sin contemplaciones.
Para evitar todo esto, sería mejor sin duda alguna que los actores de este conflicto se sienten a conversar, y que lleguen a un acuerdo del que no esté exenta la autoridad municipal, que en definitiva es receptora de todo tipo de críticas, aún sin tener nada que ver.
Sabemos que no es fácil, existen argumentos valederos de una y otra parte, pero tampoco es posible que cada vez que se anuncia la presencia de esos camiones, se genere descontento y actitudes amenazantes por parte de quienes perjudicados por ese programa de abaratamiento, sienten vulnerados sus derechos locales.