En el orden local en las PASO se impuso Seraci en agosto del 2011 por 600 votos, pero dos meses más tarde, en octubre, ganó el candidato Torchio por 800 votos. ¿Qué pasó?, en aquella oportunidad el Frente para la Victoria tuvo en las PASO una interna, por lo que Torchio logró sumar todos los votos peronistas, o por lo menos una gran parte y logró imponerse con cierta comodidad. Seraci en cambio, a pesar de haber sumado probablemente en aquella oportunidad a buena parte de los 1300 votos del radicalismo y algunos de peronistas renegados, no le alcanzó.
El escenario actual no es el mismo. El Frente para la Victoria no tuvo internas y su oponente Seraci fue aliado con la UCR.
En el orden nacional en 2011 Cristina que venía de una derrota de su marido Néstor Kirchner en el 2009, los aplastó en las PASO con el 50% y sumó aún más en la general llegando al 54%. Lo sucedido en las elecciones del domingo retrotraen prácticamente el escenario al 2009, por lo que salvo que pase algo impensado en las legislativas de octubre, en estos dos años que faltan para las próximas presidenciales el Frente para la Victoria deberá encontrar un candidato que exprese la voluntad del peronismo y sea capaz de restarle posibilidades a Massa, que se insinúa como serio aspirante al sillón de Rivadavia en 2015. Scioli puede ser. Si el kirchnerismo no lo bombea.
Volviendo a Casares, la lista liderada por Daguerre tiene dos meses para seducir a los vecinos que el domingo apoyaron a Caprioli y a Zabala con su voto. Si en octubre se mantiene el resultado de esta última gran encuesta del domingo, todo indicaría que el escenario es para barajar y dar de nuevo. Torchio deberá en los dos años que le quedan remontar ese traspié, recobrar la confianza del electorado si quiere reelegir en el 2015. Existe una franja fluctuante en el seno de la comunidad casarense, que va de un lado a otro y puede decidir una elección.