El domingo 4 del corriente desde un establecimiento rural de este partido fue convocado el joven veterinario José María Rodríguez, titular de la veterinaria Santa Catalina en el acceso Julio F. Ramos a nuestra ciudad, dado que una vaca no podía parir. El profesional le realizó maniobras obstétricas, pero al no poder sacarlo por vía natural decidió hacerle una cesárea y extraer el ternero, el cual se encontraba muerto. Para asombro de quienes allí estaban, en realidad eran dos terneros siameses, con dos cabezas perfectamente formadas, dos columnas vertebrales y compartían manos y patas. Toda una rareza, como puede observarse en la fotografía que ilustra la nota.