El miércoles 25 de setiembre se retiró como jugador de fútbol, luego de exitosa campaña.
Los saudades de lo que pasó y la esperanza de lo que viene.
Como dice Argentino Luna en su “Andar por la Huella”, “…en el tome y traiga que me dio la vida…ando por la huella pialando recuerdos…”, porque así es la vida, puñado de vivencias, que algún día serán recuerdos, y que van resumiendo nuestro andar por la existencia.
Y esos recuerdos, resumen de nuestro andar, algún día se nos volverán nostalgia, ya son las saudades que lo envuelven de melancolía a Marcos Rosenzuiag, en el momento de su alejamiento de la práctica futbolística como jugador, porque seguirá unido a esta actividad, pasión de su vida, desde otras funciones análogas.
Y “en el tome y traiga que nos da la vida” se agolpan en esa huella que recorremos desde los recuerdos que es, como él lo definiera, “una mezcla de sensaciones, alegría, tristeza, emoción..” cuando el miércoles 25 de septiembre, jugara integrando, como “refuerzo profesional”, la Cuarta División del Club Atlético C. C., en el que fue su último partido como jugador de fútbol. Y como en un calidoscopio, aparecen aquellas acciones primeras cuando integrara, siendo un niño, la Escuela de Fútbol de Deportivo Casares, para pasar allá por 1991 a Atlético C. C., donde ingresó en la 6ta. división, debutando en la primera división de los “genuinos” en 1995, con sus soñadores 15 años, poniéndole alas a sus piernas y sueños, que lo impulsaron para festejar en ese año de su debut, el título de Campeón. Al año siguiente, en 1996, el salto al fútbol grande de Argentina, integrando las divisiones menores del Racing Club de Avellaneda, desde la 7ma. a Reserva, jugando un año con contrato profesional. Mientras jugaba, estudiaba de Profesor de Educación Física. Al respecto nos dice “mucho agradezco a mi familia que me autorizaba a jugar al futbol pero con la condición de que estudiara, y me felicito de haberles hecho caso”. Y es así, que en el 2001, con el flamante título “bajo el brazo”, volvió al club de sus amores Atlético C. C., donde fue jugador hasta este 25 de septiembre, cuando colgara sus botines de “player”, ya que seguirá como D.T. de las divisiones inferiores, por ahora, como lo viene haciendo desde hace…
Y ese delantero que podemos definir como “9 de área”, o volante con llegada al gol, que tiene un sin fin de anécdotas, momentos y vivencias, que pueblan su espíritu.
UN RECORRIDO DE GLORIA EN EL DEPORTE
Y en ese tome y traiga que nos da la vida, recuerda momentos de gloria en su paso por Racing, por ejemplo, cuando en el año 1996, en determinado momento del campeonato de 7ma., había conquistado 6 goles y superaba por uno en la estadística del momento a un tal Saviola y a un tal Galletti, que llevaban 5 y Farías 4, Le suenan esos nombres?. Y en ese tren de hacer nombres de compañeros de entonces, surgen los de Diego Milito, Mariano González, Carlos Arano, o de adversarios como Maxi Rodríguez, Assad, Diego Pereyra, los arqueros Costanzo, Assman (a los que les hizo goles), y también los nombrados Saviola, Galletti y Farías. Dentro de los Directores Técnicos que lo fueron formando, podemos citar a Hugo Zarich, “Palito” Brandoni, Peti Dominguez o Gustavo Costas. Y en 2001, de vuelta a Atlético C. C. como jugador, y desde el 2006 como Técnico de la Escuela de Fútbol, donde ha sumado, hasta el momento 20 campeonatos. En esta última faceta, dirigiendo las inferiores (y tal vez algún día no lejano, las divisiones superiores) y también los juveniles de la Liga, donde en el año 2012, con la Sub 17 lograra un hecho histórico para nuestro fútbol donde perdió la clasificación a nivel provincial por diferencia de gol, llegando a clasificar hasta donde nunca ningún equipo había clasificado.
Todos estos datos que engrosan el importante haber de su vida deportiva, donde joven aún, con 33 años y, tal vez, algo más de “hilo en el carretel”, decide dejar de jugar al fútbol, para dedicarse más a su familia, a su profesión de profesor de Educación Física en diferentes lugares donde ejerce, su función como Secretario del Concejo Deliberante y su actividad comercial, que le insumen muchas horas de su tiempo.
Y llega a este “reposo del guerrero” con mucho camino recorrido, con importantes e imperecederos logros conseguidos y con un amplio y despejado horizonte para recorrer.
Y como él mismo dice “arranco una etapa distinta, a la cual hay que llevarla de la mejor manera, dejando atrás, con algo de tristeza, una importante parte de mi vida, pero conforme por la elección, porque la familia y mis obligaciones profesionales y laborales, lo justifican plenamente”.