Una vez más, el historiador, escritor y periodista casarense Nelson Bessone nos sorprende con una obra de investigación histórica, en la que pone de manifiesto su «irresistible admiración a cierta casta de lidiadores que consiguieron la transformación pampeana», como lo hace saber en las palabras liminares de su libro, recientemente presentado: «COMPENDIO DEL CAMPO CASARENSE – ZONA SUR, Desde los Fortines al Bicentenario, Tomo uno».
En él Bessone dando muestras de una tarea de investigación minuciosa, narra ágilmente todos los acontecimientos desde el comienzo mismo de la colonización de estas tierras, único documento genuino que forma parte de la memoria, y que refleja la esencia misma de la historia de nuestra patria chica.
Auspiciado por la Dirección de Patrimonio, Museos y Turismo de la Municipalidad de Carlos Casares, está llamado a ocupar un lugar de privilegio de todas las bibliotecas casarenses, y convertirse en un libro de consulta y estudio, elemento indispensable que nos acerca con total fidelidad a aquellos hechos que han sido cimiento de nuestra propia identidad.
Nada mejor que las palabras liminares de Nelson Bessone en el comienzo de su libro, para reflejar su pensamiento y el sentido de su obra, a la que consideramos un aporte invalorable a la cultura casarense.
No hace falta decir que para El Oeste es un orgullo contarlo entre nuestros valiosos colaboradores. Su espacio Efemérides Zonales es una de las secciones más leídas, mereciendo las mejores críticas y comentarios.
PALABRAS LIMINARES
Del Compendio del Campo Casarense – Zona Sur – Desde los Fortines al Bicentenario
Todo trabajo de investigación en el momento de publicarse deja de ser patrimonio de quien lo escribió para pasar a ser del grupo social o de la comunidad a quien va dirigido y a la que modestamente tratamos de interpretar.
Estos trozos de suelo casarense, divididos en los tradicionales cuarteles, forman parte de una zona íntima y densa sobre hechos y costumbres que si bien no generaron páginas destinadas a satisfacer la noción aceptada de Historia Patria, han servido para fecundar la vida medular del pais, gestando en el esfuerzo oscuro, en el heroísmo anónimo, en virtudes y vicios personalísimos, materia nobilísima mezclada con deleznables escorias, que compusieron la base de todas las grandezas, como el barro que nutre las raíces del árbol más espléndido.
Es así que mediante estas páginas trataremos de resaltar:
-Un sentimiento de afecto para la tierra y el hombre que la supo amar con mayor o menor aptitud para su fecundación.
– Un grito de estímulo al progreso siempre que venga acompañado de responsabilidad y respeto por las leyes naturales.
-Una irresistible admiración a cierta casta de lidiadores que consiguieron la transformación pampeana. Desde el estanciero tradicional hasta los propietarios comerciantes con una actividad diversificada, que al parecer, eran mayoritarios.
– Rescatar paisajes y figuras en las que la historia no se detendrá, pero que si no recurrimos a su memoria, nunca llegaremos a explicarla totalmente.
– Sus genealogías, siempre sujetas a errores u omisiones, no para resucitar mitos y vanidades, sino para conocer el proceso de incorporación de las distintas nacionales al Ser Nacional. Además de poder establecer las redes sociales basadas en relaciones de parentesco, compadrazgo, amistad, vecindad, dependencia laboral, etc.
El habitante de nuestros campos, aunque alejandro, vivió intensamente cada uno de los acontecimientos que sacudieron a su provincia y a su nación. Fueron la avanzada del poblamiento aventurándose fuera de la lLínea de Fronteras y salieron con sus peones a enfrentar a la indiada cuando los fortines militares peligraban.
Derramaron su sangre durante la Revolución Mitrista de 1874.
Sostuvieron a facón y revólver sus opiniones de conservadores o radicales.
Fueron concesionarios o colonos de centros agrícolas fracasados.
Formaron parte de la Oligarquía terrateniente o de los arrendatarios y aparceros luchando por la tierra que trabajaban.
Se integraron en la Sociedad Rural Argentina o en las posteriores entidades agrícola-ganaderas y de cooperativismo. Se sumaron a la lista de víctimas o victimarios de desalojos compulsivos.
Sintieron más que ninguno las grandes crisis mundiales y nacionales. Integraron las colonias del Instituto Au- tárquico del Gobernador Fresco.
Recibieron con temor o con alegría, según el lado donde estuvieran, el discurso de Perón de «Saltar las tranqueras».
Adoptaron formas nuevas de lucha como camionetazos, tractorazos y piquetes.
Por último, y como hemos dicho en otras oportunidades, a través los testimonios que estamos brindando, pretendemos rescatarlos de su olvido definitivo para que sirvan a los futuros estudios que desde un enfoque más científico y académico se pretendan hacer.
Nélson Roberto Bessone