Desde tiempos inmemoriales, cuando en Casares la energía eléctrica era «corriente continua», con los ruidosos motores de la vieja «usina», los casarenses padecieron y siguen padeciendo continuos cortes eléctricos. Y eso que hoy en día se presume que el servicio eléctrico tendría que estar a la altura de los tiempos modernos, con rangos de eficiencia que la realidad se encarga de demoler, por cuanto los cortes de energía siguen produciéndose «con regularidad», sea por las condiciones climáticas, roturas, caídas de sistemas, reparaciones de líneas, etc., pero lo cierto es que la comunidad debe padecer una tortura cotidiana que pese a tantas explicaciones no debiera tener justificativo.
Desde la empresa proveedora de energía EDEN, su responsable el Sr. Mejías tiene la amabilidad de informar a los medios, ya sea cuando se realizan cortes programados a fin de ponerlo en conocimiento de la población para que realice las previsiones del caso , o bien explicando las razones cuando estos cortes son imprevistos, informando cuando serán restablecidos, pidiendo disculpas por los inconvenientes causados. Si bien la conducta de dicho funcionario merece nuestra consideración, máxime porque nunca se hizo así, ello no es suficiente. Los vecinos protestan airadamente y con razón. El jueves en horas de la noche, alrededor de las 21, se produjo un corte que causó innumerables inconvenientes a miles de vecinos de una amplia zona de nuesdtra ciudad, que incluyó a todo el radio céntrico, con sus comercios y lugares de esparcimiento, los que por un par de horas se vieron paralizados. Y en el momento de confeccionar la presente nota, 9,15 hs. de ayer viernes se produjo un corte en nuestra redacción y obviamente en toda la ciudad, ocasionando un sin fin de problemas que se traducen en explicables quejas, la mayoría subidas de tono, que terminan en nada, como aquellos célebres versos de Joan Miró, «perro ladrando a la luna». Dicho corte duró una hora, arruinó trabajos de computación, paralizó empleados, postergó estudios médicos, inutilizó teléfonos inhalámbricos, detuvo ascensores, dejó sin luz a muchos vecinos que la necesitaban, etc., etc. etc.
Creemos que en algún momento todos estos inconvenientes se deben terminar. Que terminen las excusas, que se presten los servicios como es debido, que se tenga más respeto por los usuarios, para que los vecinos, que bien se lo merecen, puedan vivir tranquilos.