Tal vez no forme parte en las huellas de fortines, a lo mejor no participa en peñas folklóricas ni pertenece a algún centro tradicionalista, pero el vecino Jorge Navarro, que acaba de cumplir 70 años es un gaucho de ley, un paisano que sabe de las actividades más sacrificadas, hijo de un famoso resero que pasó gran parte de su vida durmiendo a la intemperie, trabajo que él también hizo con dedicación y amor por las tareas del campo, en las que vuelca toda su experiencia.
Hoy encargado del campo de Monte Lloraza Jorge Navarro quiso celebrar sus 70 años junto a toda su familia y a sus muchos amigos, reuniéndolos bajo la arboleda de su casa, agasajándolos con un delicioso menú criollo consistente en deliciosas empanadas, lechón, ensaladas y un cordero tan tierno como el corazón de Navarro, que artaviado con bombachas blancas, camisa de salir, rastra y un facón en la cintura, atendía a la concurrencia con la habilidad de un mozo de hotel, junto a su amada esposa e hijos.
En una mesa se veían los regalos, un cuchillo, una artesanía con huesos de la quijada de un animal, pañuelos, bebidas, todo alusivo a su condición criolla, no faltando imágenes de domas, yerras y afines.
Y pese a que el tiempo amagaba lluvia, la sonrisa de Navarro era un sol que anunciaba el amanecer de sus próximos años, siempre ligado a la tierra, siempre siguiendo el mandato de la naturaleza, aceptando las buenas y las malas, dejando en la vida la impronta de su sencillez, el amor por su familia y la honestidad en su trabajo. ¡Feliz cumple amigazo!