Ya sucedió el año pasado y le arruinó la Navidad a miles de vecinos. El sábado 21 a las 20 hs. con más de 30 grados y todo el mundo tratando de refrescarse de alguna manera se produjo un nuevo corte de energía que en algunos sectores se prolongó por más de 15 horas, sumiendo a los vecinos en la incertidumbre y en la desesperación, sin luz para poder cenar, sin bebidas frescas, sin un ventilador, ni aire acondicionado, un caos. Los comerciantes, llámense bares, restaurantes y afines vieron arruinado su negocio, con las mesas de las veredas repletas de gente y ellos sin luz, sin energía para los frizzer y heladeras, y con grandes imposibilidades para atender la parte gastronómica.
EN EL CENTRO A LA 1 DE LA MADRUGADA, EN OTROS LADOS A LAS 11 HS.
La gente con semejante calor, con sus casas que hervían y sin siquiera un ventilador optaba por no acostarse a la espera de que se reanude el servicio. Era como estar en las puertas del infierno. Llamaban al 0800 de la empresa proveedora y cuando alguien constestaba no tenía conocimiento del problema. Finalmente en el radio céntrico el servicio se restituyó pasadas la 1 de la madrugada llevando algo de alivio a los vecinos, aunque para la mayoría de los comerciantes ya era tarde. En el resto de la ciudad el corte continuaba, muchísimos vecinos no pudieron pegar un ojo, otros llevaban los colchones al patio en su desesperación por dormir aunque sea unas pocas horas. Amaneció el domingo exactamente igual, las heladeras estaban descongeladas, los alimentos a punto de descomponerse por el gran calor, y el desconcierto que aumentaba minuto a minuto. Los frizzer estaban al límite, muchos dejaban escapar chorros de agua por el descon-gelamiento. Finalmente a las 11,30 hs. volvió la energía y salvo algunos cortes esporádicos hasta el momento de escribir estas líneas todo estaba normal.
Ahorraremos adjetivos para calificar lo sucedido. No por lo que sucede en Capital y ciudades importantes debemos conformarnos. Mal de muchos, consuelo de tontos, dice el refrán.
Lo cierto es que las temperaturas siguen aumentando, como también la venta de velas, pilas para linternas, luces de emergencia y equipos y grupos electrógenos.
No tenemos remedio. Tampoco luz, cuando más se la necesita.