En noviembre de 2009 desembarcó en nuestra ciudad una embajada de la justicia del Departamento Judicial de Trenque Lauquen, integrada por la Jueza de Garantías Dra. Anastasia Marquez, el Juez de Garan-tías Dr. Gerardo Palacios Córdoba, y el Fiscal General Dr, Roberto Rubio, acom-pañados en la oportunidad por el Jefe de la depar-tamental Trenque Lauquen, Dr. Mario Martín. La visita de los magistrados y del alto Jefe policial tuvo lugar como consecuencia de los reclamos de la comunidad relacionados a la ola de hurtos, robos y asaltos, algunos violentos y traumá-ticos, que generaron una suerte de pánico colectivo, con una sensación de indefección como consecuencias del tibio accionar de la justicia, que dejaba una y otra vez a los delincuentes en libertad, convirtiendo en inútil el arduo trabajo policial.
En aquella oportunidad una seguidilla de asaltos a mano armada, alguno de ellos en horas de la noche cuando los ocupantes de las vivien-das se encontraban des-cansando, hizo que los vecinos prácticamente se alzaran indignados exigiendo la presencia de los magistrados en una audiencia pública, a efectos de exponer sus casos, hacer oír sus reclamos y exigir un tratamiento más severo para con los responsables de tales ilícitos, muchos de los cuales eran reincidentes y como se dice vulgarmente, cuando eran detenidos entraban por una puerta y salían por la otra.
Los últimos y reiterados robos, hurtos y asaltos a vecinos, alguno de ellos con violencia y saña, son en su mayoría cometidos por los mismos delincuentes, los que no alcanzan a estar más que unas pocas horas detenidos, y hacen pensar si no habrá llegado el momento de hablar nuevamente con jueces y fiscales para requerirles que den las respuestas que la comunidad reclama. Antes que ocurran hechos que haya que lamentar, con víctimas inocentes, ya que los que ayer comenzaron como rateros o descuidistas, que luego se fueron animando a ingresar a domicilios cuando sus moradores no estaban, ahora ya lo hacen sin importarles si se encuentran en su interior, y no vacilan en golpearlos y lastimarlos con tal de lograr sus propósitos delictivos.
De nada vale el trabajo policial ni la investigación exitosa. La realidad supera cualquier explicación. En nuestra comunidad el 80% de los ilícitos contra la propiedad y también los asaltos, son cometidos por unos pocos delincuentes, «viejos conocidos de la policía», que una y otra vez son aprehendidos, y retornan con una marca más en su prontuario, prestos a seguir delinquiendo.
Tal vez un llamado enérgico de la comunidad a los magistrados logre algún tipo de respuesta más efectiva. En aquella oportunidad, hace poco más de cuatro años, su presencia no calmó lamentablemente los ánimos, habida cuenta de que luego de algunas exposiciones de carácter técnico, no escucharon a los vecinos víctimas de la inseguridad prefiriendo compartir una cena en el Gran Hotel. No obstante es un recurso que debe ser tenido en cuenta. Quienes imparten la ley deben asumir su rol, conocer la opinión de los vecinos y escuchar sus reclamos.
Los seres humanos en su mayoría tienen una clara concepción de lo que es justo, que es lo bueno y que es lo malo. Y por lo tanto deben actuar de acuerdo a esa concepción. La justicia está representada por una mujer con los ojos vendados, una balanza en una mano y una espada en la otra. La balanza es usada para mostrar equidad y armonía, pero la espada, ¿por qué cuando debe ser usada no se la usa?.