El ministro de Economía, Axel Kicillof, anunció que habrá una reducción de subsidios que en términos globales significa un «recorte del 20 por ciento». Será gradual y en el caso de los usuarios más grandes llegará hasta el 80 por ciento. La nueva disposición regirá para hogares y comercios pero no para las industrias, porque el Gobierno busca beneficiar «la competiti-vidad» del sector.
«Cuando uno se imagina una pileta climatizada, en una casa con 200 metros cuadrados, estufas prendidas todo el día… Bajo ese esquema la reducción de los subsidios es más fuerte. Por esto estamos hablando de franjas y de promedios», especificó Kicillof.
La reducción y redistri-bución de los subsidios de gas y agua que anunció el Gobierno se terminará traduciendo en una fuerte subas de tarifas a partir de agosto de 2014, cuando se terminan de aplicar la quita gradual de subsidios. Si las personas y comercios no disminuyen el consumo de estos servicios -en el marco de un uso «racional y eficiente» que planteó el Gobierno nacional- , las boletas de agua y gas llegarán con fuertes aumentos.
Los usuarios residenciales de gas también podrían experimentar fuertes subas en caso de que no ahorren energía, en comparación con el mismo bimestre del año pasado. En el caso de los hogares categorizados como R1 -residencial exclusivo de densidad media-, la tarifa aumentará un 100%, al pasar de los $20 por bimestre actuales hasta los $40 de agosto de 2014. El aumento más fuerte será para la categoría R3-3, que terminará pagando $703 por bimestre, una suba del 284% con respecto a los valores actuales.
En el caso del agua las subas podrían ser mayores, trepando hasta un 406% de aumento sobre las facturas de mayor consumo, lo que pareciera ser una tomadura de pelo, atento a la calidad del servicio que ofrecen, que como todos sabemos el agua no es potable, tiene arsénico. También aluminio y no está envenenando día a día.