Sólo hay que relatar los hechos, hablar de lo que sucede, porque las partes, llámense el gobierno de la provincia y los gremios docentes, desfilan aquí y allá explicando y justificando sus posturas, unos considerando que ofrecen lo justo, otros expresando sus reclamos salariales a través de los dichos y los hechos, paralizándose así el inicio de las clases , materializado en un paro que lleva ya 8 días. Las aulas están vacías, los maestros en la calle y los padres al borde de la histeria, abrumados por una situación que los perjudica en el hogar y en el trabajo, sin mencionar lo más importante que es el perjuicio que le causa a sus hijos desde el punto de vista educativo.
No se puede negar de manera alguna que los salarios son insuficientes, que los reclamos justificados, y fundamentalmente que la educación en este país está mal paga, todo eso sin dejar de reconocer grandes falencias que habría que discutir si además lo que se persigue es brindar una educación de calidad ajustada a las necesidades del mundo moderno.
Lamentablemente esto ocurre recurrentemente todos los años al llegar el comienzo de las clases. Es un clásico que realmente a nadie le hace bien, y por sobre los intereses de unos y otros los verdaderos perjudicados son los alumnos.
Es de esperar que la próxima semana las partes se entiendan, aunque si no continuan las conversaciones este fin de semana, el lunes pueden continuar las aulas vacías.