Parafraseando al Fausto de Estanislao del Campo, podemos decir:
“En un overo rosado, flete nuevo y parejito, salía de Salta al trotecito y lin-damente sentado, un paisano bien montado, Jorge Fuch de apelativo que ha de festejar su natalicio, cabalgando los caminos…”
Este atrevimiento literario nos da pie, para contar una hermosa y asombrosa historia, que tiene a un apreciado vecino como protagonista.
AQUEL PAISANO DE CORONEL PRINGLES QUE ACOMPAÑÓ CASI UN AÑO A JORGE CAFRUNE.
Jorge José Fuch, con sangre alemana e irlandesa corriendo por su venas, nació en Coronel Pringles, cercano a Coronel Suárez y Sierra de la Ventana, el 25 de mayo de 1937, en el seno de una familia de ancestros extranjeros pero muy arraigada a las costumbres paisanas. Y muy joven, comenzó una vida errante y un poco aventurera, siempre ligada a los trabajos rurales “A los 19 años fui por primera vez a esquilar al sur, a Cañada Leones, en Santa Cruz, plena Patagonia argentina, a 30 Km. de Punta Arenas (Chile), donde había más de 100.000 ovejas”, y como para “despuntar el vicio, montaba algún bagual “ cuando me empezaron a conocer y saber que había ganado premios en jineteadas, en las largas tardecitas de los veranos patagónicos me traían algún caballo para montar y yo no les hacía asco”. Y nos cuenta de su amistad con grupos de indios mapuches de la zona o la participación, por espacio de casi un año, en la aventura que realizara con Jorge Cafrune con su “De a caballo y por mi patria” “por Río Negro, El Valle, Bahía Blanca, Saavedra, por lo menos un año, hasta que él se fue a proseguir la gira en Paraguay y yo no quise ir”, y que le dejara tantos recuerdos que humedecen sus ojos de emoción. Y ya veremos como ese andar de gaucho nómada, que “va por todos lados y en ninguno se afinca”, encontraría en Carlos Casares, hace más de 40 años, su lugar en el mundo.
UN DÍA LLEGÓ A CASARES Y NO SE FUE MÁS…
El relato de Jorge José Fuch, ameno y de interesantes matices, y mojado con exquisitos mate amargos que Jorge ceba con maestría, sigue brindándonos un puñado de anécdotas de su andar de tropillero, montador y apadrinador, en infinidad de jineteadas, hasta que un día el destino que maneja los caminos del andar de los seres humanos, lo cruzó con el de Aníbal Profumo, en una jineteada nocturna en Daireaux y lo trajo para un Festival de Ganadores en Smith y allí se afincó en nuestro terruño, dejando el recorrer de caminos. Recién casado con una muchacha de Saldungaray, Dora Marta Goicochea, madre de sus cuatro hijos, Fabián “concebido en Casares, pero nacido en Daireaux” y las tres mujeres nacidas en Casares, María Marta, Marcela y Analía, que lo hicieron 8 veces abuelo. Aquí, en nuestro terruño Jorge fue tropillero, montador, juez de jineteadas, vendedor de leña, transportista jaulero y, siempre con su vocación de vida, artesano en soguería, de desatacada y reconocida solvencia y maestría. Este es, en apretada síntesis, el resumen de mas de 70 años de paisana existencia, que se apresta a vivir, tal vez, la aventura más interesante y osada.
UNA VERDADERA AVENTURA
“El 25 de mayo voy a cumplir 77 años y lo festejaré, si Dios quiere, en Salta, como integrante de una delegación de jinetes que pretende unir dicha provincia norteña con la ciudad de Pehuajó. Salimos de allí el viernes 23 a media mañana en camionetas y llevando en un trailer los caballos. Desfilaremos el 25 con los Gauchos de Güemes. Los jinetes que vendremos montando somos 5: Gerardo Medina, El Tigre, que es el que organiza y es de Pehuajó, León Barrera de Río Negro, Roberto Rodríguez, de Pigüé, Oscar Videla de Recalde y yo de Carlos Casares. Van otro par de integrantes que son el apoyo logístico, chofer y cocinero”
Pero aún hay más:
“Por donde venimos nosotros, saliendo de Salta, por la zona montañosa, cruzamos Tucumán, Santiago del Estero por el quebrachal, pasamos por las sierras cordobesas, cruzamos Santa Fe y llegamos a la Provincia de Bs. As.. Son unos 1.900 km y calculando recorrer unos 30 km. por día, nos llevará unos 3 meses hacer el recorrido. Yo he andado mucho de resero y, con 50 años menos he recorrido distancias parecidas, principalmente en el tiempo de cabalgar. El mayor empuje que recibo en este es el aliento y apoyo de mis hijos. Nuestra llegada, en el regreso, está marcada para el domingo 31 de agosto, al medió día entrando al lago de Pehuajó”
Y agrega con entusiasmo y deseo de que se concrete para que se arrime el día de la llegada, para que nos acompañen en los últimos kms. de recorrido, de a caballo, en carros o para acompañar desde el costado del camino nuestro paso. En Casares ya hay varios que se han comprometido a ir y Hernández, el creador de nuestra bandera, me alcanzará una para que me acompañe en esta aventura. Espero poderla representar bien”.
Nos despedimos con un apretón de manos y la promesa de que al regreso nos volveremos a juntar a tomar otros mates y hablar de lo que fue esta patriada.
Dios ha de querer que así sea…