El 27 de abril del cte. fue canonizado por el Papa Francisco, Juan Pablo II, que visitara en dos oportunidades nuestro país. La primera el 11 de junio de 1982, a poco de la confrontación bélica que la Argentina mantuviera con Gran Bretaña por las Islas Malvinas. Su segunda visita tuvo lugar en 1987, desde el 6 al 12 de abril, oportunidad en que Argentina vivió uno de los acontecimientos más trascendentales de su historia religiosa. El día 7 de abril Juan Pablo II comenzó su jornada trasladándose a la ciudad de Bahía Blanca, oportunidad en que fue recibido por más de 130 mil personas. Y fue en ese periplo por la provincia de Buenos Aires, cuando al casarense Comisario Mayor Roberto Graziano, integrante de la cúpula de la Policía de la provincia de Buenos Aires, le cupo la gran responsabilidad de comandar el operativo de seguridad del Sumo Pontífice, conformado por 5 mil efectivos. En razón de sus delicadas funciones fueron numerosos los contactos que tuviera Gra-ziano con el hoy santo Juan Pablo y sus más allegados colaboradores. Al respecto, recuerda Gra-ziano que su esposa «Yoli», que es devota y creyente, viajó a la ciudad de Bahía Blanca junto al campeón automovilístico Roberto Mouras para ver al Papa, y que éste le obsequió dos crucifijos, dos medallones y una foto, que para ellos son considerados una reliquia.
Es que no cualquiera puede decir que estuvo con un Santo.