Largó el lunes el estacionamiento medido, y ¿qué pasó?, en algunas calles había lugar como para estacionar camiones con acoplado. Los cobradores con sus pecheras fosforescen-tes estaban atentos y cobraban a todo el mundo, pero se observaban muchos espacios libres. Obviamente algunos decían que paraban por un minuto, otros ponían caras de guau-guau, pero en general los conductores aceptaron la medida. El estacionamiento ya no se eternizó, hubo movimiento, los empleados de los comercios, bancos, etc. dejaron sus vehículos fuera de las calles afectadas, y sólo ocuparon esos lugares los que realizaban algún tipo de trámites. El fin era ese y todo indica que se ha logrado.
Se sabe también que muchos frentistas (tal vez los que se expresaron más molestos) ya fueron a la comuna para comprar sus abonos, que son de $ 400 por todo el año. Cabe aclarar que dichos abonos sólo sirven para estacionar frente a sus domicilios, que si lo hacen en otras de las calles con EM deben abonar religiosamente el tiempo que permanezcan. También se quejaron algunos padres de alumnos del Juan XXIII que van a buscar sus hijos, los que tendrán que amoldarse a la medida. Llama la atención el tema de la Avda. San Martín que se vio totalmente desocupada y con lugares libres. Está visto que los que allí dejaban estacionados sus vehículos se han mudado hacia calles en las que no deben pagar.
Nos decía el Secretario de Gobierno comunal Dr. Marcelo Agradi que los vecinos respondieron muy bien, que no se registraron incidentes, y que las protestas recepcionadas por los cobradores son tenidas en cuenta para hacer las modificaciones que sean necesarias, tal el caso de extenderlo a alguna calle más para agilizar su funcionamiento correcto. «Estamos satisfechos -nos dijo- la respuesta de los vecinos ha sido excelente, los objetivos se están cumpliendo».