El popular vecino Tota Castro, que explotara años atrás un negocio de parrilla y rotisería en la esquina de Av. 9 de Julio y Arenales, el que luego cerró, sufrió un importante robo. «Me dejaron en la calle, se llevaron todo» le decía Tota a nuestro cronista, refirién-dose a que le robaron todos los elementos de aquella rotisería, los que guardaba en el local de una vivienda de la Avda. Maya, entre Chacabuco y Soler.
DOS MESES QUE NO IBA
Esa propiedad pertenece a una antigua vecina de la colectividad judía, que al fallecimiento de su esposo, un conocido «tachero» y comerciante, se fuera a vivir a Buenos Aires. La dueña dejó esa casa, que está en deplorable estado, al cuidado de la madre de Castro. Por esa razón al cerrar su rotisería Tota Castro guardó allí una enorme heladera mostrador vidriera, un horno pizzero nuevo, dos freidoras, carlitera, horno microondas, equipo de música, parrillas y distintos elementos con los cuales trabajaba en su rotisería. La última vez que había ido fue alredededor de dos meses atrás y estaba todo en orden.
EL LOCAL VACÍO
Días pasados, dado que Castro tenía pensado independizarse nuevamente (actualmente trabaja de barrero en «Puppies»), fue a ver sus cosas y a estudiar qué podía hacer en ese local para abrir nuevamente su rotisería. «Tenía todo, sólo necesitaba arreglar el techo, hacer una pared divisoria, la vidriera, pintura y unas pocas cosas más. Un amigo me había prometido ayuda. Pero, cuando fui me quise morir, ¡el local estaba vacío!!, se habían llevado todo, no comprendo como hicieron, ni cuando, y cómo es que no los vio nadie». Luego Tota explicaría que para levantar la heladera mostrador con el motor incluído hacen falta 6 personas, y para sacarla por la puerta no hubiera pasado. «O bien la sacaron por el portón o desmontaron una madera de la vidriera y la sacaron por allí», acotaba Tota amargado. Nos dijo que al llegar encontró la puerta trabada, que no podía entrar, y cuando espió al interior y observó que el local estaba vació le pareció estar soñando.
¿CÓMO NO LOS VIO NADIE?
Ese lugar es céntrico, continuamente pasa por allí mucha gente y vehículos, es impensable que nadie los haya visto cargando las cosas. Se escuchó que alguien vio una camioneta verde y gente, pero concretamente ninguno vio cargar la heladera y los demás elementos. Si bien la policía no incluyó la denuncia en su parte diario es de suponer que están investigando con las cámaras y eventuales testigos para saber que pasó. «En total son más de 20 mil pesos, te juro que si agarro al que me robó lo mato!», decía Castro en un momento de enojo e indignación comprensible, pero todos saben que si por algo se distingue es por su carácter jovial, su bondad y un cúmulo de cualidades que lo hacen un muchacho querido y respetado.
Insistimos en que alguien debe haberlos visto, no pueden cuatro, cinco o seis personas cargar todos los elementos de una rotisería y que nadie los vea.
Afinando el ojo y el oído, tal vez la policía encuentre las pistas que la lleven a aclarar el robo.