La vida, que es un compendio de hechos y voluntades, de momentos y distancias, de sueños y de esperanzas, nos regala los amigos para que se vuelvan nostalgia y que alguna vez, hechos recuerdos nos entibien de cariño el alma…
Tal vez uno de los mas grandes títulos nobiliarios del espíritu, que nos engalanan la personalidad, y nos marcan un sendero de grandeza en nuestra huella de tiempo y distancia, es ser una buena persona. Como se dice comúnmente, un buen tipo, que es ser un buen esposo, buen padre, buen amigo, buen vecino…
Y Guito Gianella, vaya si lo era…Siguiendo la línea de honradez y trabajo que le marcara su padre, “Firpo” Gianella, y que él hiciera su religión y credo.
Casado con Margarita Bravo, su compañera de toda la vida y madre de sus dos hijos, Ángel (Gelo) y Alejandra, Santiago Ángel “Guito” Gianella, un tapicero de trabajos de calidad y muy especiales, y tornero en madera de fina y especializada labor. Asombraba por sus trabajos de una prolijidad y buen gusto para destacar. Ganó sus sustentos en la “Escuela Técnica”, como popularmente se designó siempre a la Escuela Industrial, hoy Escuela Nacional de Educación Técnica, donde logró su jubilación. Los otros trabajos que citamos antes, eran como para “despuntar el vicio” y mantenerse en actividad.
Siempre dispuesto a colaborar con sus semejantes y atento a las obras con arraigo social, fue uno de los iniciadores del Centro de Día de la calle Belgrano (frente a los silos de Grobocopatel Hnos.) e integrante de la comisión del Centro de Jubilados y Pensionados, donde brindó su colaboración y esfuerzo.
Defensor siempre de la unidad familiar, tronco y sostén de ese concepto, era muy común verlo realizando amenas caminatas con su esposa Margarita Bravo, siendo la clara expresión de ese sentimiento. Pero el destino, que siempre agazapado espera el momento para dar su zarpazo artero, rompió esa felicidad con una dolencia física que, lamentablemente, cobró su caro precio.
Una dolencia de carácter renal, con complicaciones, determinó su internación y posterior intervención quirúrgica en la ciudad de Junín. El post operatorio no fue lo feliz que era de esperar, y un par de paros cardíacos, determinaron, que ese camino de felicidad que venía transitando el bueno de Guito Gianella, tuviera un final abrupto. El jueves 19 de junio, el alma buena de Santiago Ángel Gianella, a los 75 años de existencia, emprendió ese viaje de donde se vuelve siempre, a través de los recuerdos, para entibiar de nostalgias el pecho de familiares y amigos.
El inmenso dolor que su partida provocara se vio reflejado en el acto de su velatorio y posterior inhumación en el Cementerio Municipal el viernes 20 a las 16 hs., previo rezo religioso en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen.
Si, con Santiago Ángel Guito Gianella nos dejó un buen tipo…