Alberto Oscar Méndez, más conocido por «Sapito» se encontraba el sábado por la tarde paleando arena en el corralón Gelabert, cuando de pronto un lacerante dolor en el pecho lo tumbó y momentos más tarde dejaba de existir. Un infarto fulminante terminó con su vida, sin que -el decir- de algunos allegados sufriera del corazón. Tenía 47 años, y era hijo del recordado Alberto «Tite» Méndez, que falleciera años atrás en un desgraciado accidente electrocutado cuando realizaba un trabajo en una columna de luz para el municipio.
En realidad si bien probablemente Méndez no habría acusado nunca una dolencia cardíaca, nos decía un familiar que días atrás habría sentido un dolor y ardor en el pecho y también dolor en un brazo, pero que no le dio importancia, pensando que iba a pasar. Fue un aviso, al que si le hubiera prestado atención, tal vez hoy estaría vivo.
Casado con María Ofelia Sosa, tenía hijos y nietos. Era un hombre apreciado, de trabajo, confiable y honrado. Una sentida concurrencia acompañó restos, los que recibieron sepultura el lunes a las 10,30 hs. previo responso en la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen.