Con referencia a la nota aparecida en nuestra anterior edición en la cual el Intendente Municipal Esc. Walter Torchio hacía referencia a la reconstrucción de la Laguna del Parque, no podemos dejar de recordar un viejo proyecto autoría de un recordado vecino, que soñó convertir toda esa zona en un hermoso parque municipal. Fue el sueño del entonces concejal de la U.C.R.I Dr. Basilio Gómez (f), inspirado en una ordenanza del entonces intendente Jesús Cuesta, y Presidente del HCD Pascual Rampi (Nº 362 del año 1949) creando el Parque Carlos Casares, y en los parques municipales de ciudades vecinas, tal el caso de Nueve de Julio, Bolívar, Pehuajó, etc, varios de los cuales contenían extensas lagunas que rodeadas de frondosa vegetación embellecían el lugar, a la par que le conferían una utilidad de uso para solaz y esparcimiento de la población. Dicho proyecto, fechado en Octubre de 1959, durante la gestión de Diego Machessi (f), ambicioso por cierto, contemplaba a su vez la construcción de un estadio deportivo para la práctica de fútbol que sumaba adelantos inéditos en Carlos Casares, como el alambre perimetral olímpico, vestuarios y baños subterráneos y otras novedades que se veían en campos de juego de grandes urbes.
Ese proyecto denominado Parque y anexo deportivo Gral. José de San Martín, fue ejecutado a medias, habiéndose parquizado el lugar y construido el estadio con su correspondiente alambrado y las obras complementarias, siendo inaugurado y usado en repetidas oportunidades, llegando incluso a ser el centro de los festejos de una de las primeras Fiestas del Girasol.
Casares tenía ya su Parque Municipal en plena realización, pero lamentablemente lo que no tenía, y de lo que hemos carecido en todos los tiempos, fue la madurez política para seguir adelante con las obras proyectadas por otras administraciones, cuando estas redundaban en beneficio de la población, sea cual fuere el color político de quien las concibió.
Es así que el Parque fue abandonado, se descuidó la plantación, no se repusieron las especies, nadie se ocupó de su atención, y luego vino la inundación e hizo el resto. Se anegaron los vestuarios y baños subterráneos, que luego sirvieron incluso para cobijar a alguna familia sin techo, las plantas se secaron, el estadio se arruinó, retiraron el alambre, y de aquel sueño sólo quedó la arcada de material anunciando la entrada al «Parque Municipal Gral. San Martín», y pare de contar.
Vale la pena recordar aquel intento frustrado, para que hoy no suceda lo mismo. A un parque no se lo construye en un par de años, es una obra que se prolonga en el tiempo, los árboles deben crecer, requieren cuidado y dedicación, serán otras gestiones las que deberán continuar con la obra, si en realidad lo que se pretende es que sean usadas y disfrutadas por las generaciones venideras.
Tal vez si el sentido común le gana a la mezquindad, si la política, como debiera ser, se practica para mejorarle la vida a las personas, aquel sueño trunco del Dr. Basilio Gómez, cobre impulso y retome la senda de su definitiva realización.