Por lo visto los vecinos de 9 de Julio tampoco están libres de verse víctimas de la modalidad delictiva de moda, los secuestros virtuales. En nuestra ciudad el intendente Torchio y su esposa Andrea Grobocopatel fueron víctimas del «secuestro» de una de sus hijas, atravesando por momentos de angustia y desesperación debiendo hacer un extenso periplo por distintas rutas, siempre bajo amenazas y escuchando una voz lastimera que les pedía ayuda, la que presuntamente era de su hija a la que creían secuestrada. Hasta que una vez despojados de una suma de dinero, al regresar a Casares comprobaron que su hija estaba sana y salva, que jamás había sido secuestrada.
A UN EMPRESARIO NUEVEJULIENSE
Todo ocurrió el martes ppdo. alrededor de las 8,30 hs. en momentos en que autores ignorados ingresaron a la vivienda del empresario de la carne e integrante del grupo musical «La Meta», Darío Martínez, sorprendiéndolo mientras dormía. Tras golpearlo y amenazarlo de muerte le exigieron todo el dinero que tuviera, adelantándole que tenían secuestradas a su mujer y a sus hijos, Martínez no dudó en lo más mínimo sobre la certeza de la amenaza, ya que tenía conocimiento que su esposa se levantaba temprano para llevar a sus hijos al colegio y concurrir luego a un gimnasio. Si bien lel subcomisario Gabriel Bonello, a cargo de la investigación manifestó que según Martínez no les dio ni un solo peso a los asaltantes y «secuestradores», los comentarios que circulan dicen que les ha dado hasta el último peso que tenía en su poder con tal de que le devuelvan a su familia. No trascendió si los sujetos estaban encapuchados, armados y con algún probable apoyo desde el exterior como suele ocurrir.
Martínez fue revisado por el médico policial, comprobándose que estaba sumamente shockeado, muy nervioso y con lesiones en el rostro, aunque no de gravedad.
La noticia ha conmocionado a la comunidad nuevejuliense, que no está exenta de la acción de estos malvivientes, los que sin duda antes de cometer sus delitos hacen inteligencia con sus víctimas, sorprendiéndolos de la peor manera.