La vecina Carina Cingolani de Campione, domiciliada en el barrio Butazzoni, ya no sabe a quién reclamar. El alto costo del gas está sobre sus posibilidades, lo que dio motivo a que decidiera directamente dejar de consumir. Cerró todas las llaves y dejó de usar el gas, al punto de que le fue medido un consumo de 15 m3, que será lo que consume el piloto de una estufa. Y créase o no, le vino una factura por $ 450,59 que con el subsidio se redujeron a $ 218,45. Esto que ella nos cuenta ocurrió en el bimestre anterior, pero en el ínterin su esposo enfermó y necesitaba calefaccionar su casa, no tuvo más remedio que habilitar el gas y usar una estufa y obviamente la cocina y el calefón. Le vino la última factura que asciende a $ 931,72 que con el subsidio se reducen a $ 669,29, una cifra que Carina nos dice le es imposible pagar.Sus entradas provienen de un kiosco y ella nos dice que si paga el gas no tiene como cubrir gastos imprescindibles como medicamentos, otros servicios y compras que son esenciales para su hogar. Ha presentado su problema en la oficina local de Camuzzi Gas, también en Buenos Aires, pero no ha logrado que le den una solución satisfactoria. Tal vez estudiando la posibilidad de ser incluida en la resolución 2905 e ingresar en el registro de exceptuados de los incrementos, logre hallar la manera de poder continuar con el servicio. Es un trámite, hay que llenar algunos formularios, pero sería una forma de que así se solucione su problema.
De todas maneras los incrementos de las nuevas facturas tienen a gran parte de los usuarios al borde de imitar a Carina y cortar el suministro de gas. Con 300 o 400% de aumento de golpe, no hay economía que aguante.