Muchos conocen a María Laura Rodríguez, inspectora municipal, hija de la conocida y apreciada vecina Enriqueta “Ñata” Rodríguez, pero muy pocos saben que es norteamericana, que su padre es haitiano y con abuelos de nacionalidades uruguaya, española, africana y francesa, y cuya historia de vida, junto a su madre, es digna de ser contada, y así lo hizo a El Oeste.
Y nos dice María. ¿O deberíamos decir Mary?:
-Mi abuela era española y mi abuelo uruguayo y vinieron a Casares a trabajar con los Maya, ahí donde hoy es San Esteban. Allí nació mi mamá, en un ranchito.
-Cómo se llamaba tu mamá?
-Enriqueta Rodríguez, y todos la conocieron como “Ñata” pero muy pocos conocen su historia. Cuando ellos se casaron Don Maya les regaló este terreno, donde hoy vivo, y el traje de casamiento a mi abuelo.
-Cómo llegan a Buenos Aires?
-Trabajando con los Maya mi mamá conoce a los Espil y cuando una de las hijas de los Aja Espil se estaba por casar, ellos la llevaron a mi mamá a Buenos Aires.
Esa hija tuvo 4 hijos y cuando yo nací, me puso el nombre de una de ellas, María Laura, que la adoraba a mi mamá.
-Ahora viene la etapa de Estados Unidos, donde aparecés vos. Cómo llega tu mamá a Estados Unidos?
-En Buenos Aires, en la casa de los Espil, mi mamá tenía la costumbre de que cuando terminaban las tareas de limpieza de la cocina y se retiraban todos, ella agarraba el diario La Razón y se iba al baño a leerlo. Estaba leyéndolo y ve un aviso en el que necesitaban personal para Estados Unidos. Mi mamá le comenta a las otras chicas que estaban en la casa y estas le empiezan a decir insistentemente que llame, para ver que le decían. Le insistieron tanto las otras, para ver como era el asunto, que llamó. Atendió una mujer que le dijo que anotara la dirección y que cuando tuviera franco fuera.
Mi mamá fue y habló con la mujer. Mi mamá me contó que la mujer sacó un cuaderno, donde ya había 15 anotadas para ir a EE.UU., y le anotó los datos.
Mi mamá ya se había olvidado de eso y al poco tiempo esta mujer la llama y le dice que el jueves la esperaba para tomar el té con ella.
Esta mujer le dice que si estaba dispuesta el trabajo era suyo allá en Estados Unidos. «De que quiere ir, de niñera o de cocinera?», le pregunta a lo cual mi madre le contesta que de cocinera. Y ahí nomás hicieron todos los papeles. Mi mamá vino para Casares, donde estaban mis abuelos, les dijo que se iba para Estados Unidos, y se fue.
-Recordás que familia fue la que la contrató?
– Me lo dijo mi mamá pero no me lo acuerdo. Lo que sé es que él era escritor y fue un contrato por dos años que al final se hicieron 9 años de estadía en Estados Unidos.
-Allá conoció a tu papá?
-Allá conoció a mi papá, un Haitiano de padre africano y madre francesa, y después nací yo. Cuando yo tenía dos años se separaron.
-Naciste en Estados Unidos?
-Yo nací en Estados Unidos. En Nueva York, más precisamente en Manha-ttan.
-Con qué nombre?
-Mary Loren. (N.de la R.: debería ser Laura que se pronuncia Lora, pero bien puede haber algún problema de pronunciación por parte de María)
-Hablás inglés?
-Nada. Pasó mucho tiempo.
-Y cuando deciden volver a la Argentina?
-Cuando yo tenía 6 años, que fue cuando mi mamá recibe una carta en la que le avisan que mi abuelo había fallecido y mi abuela no estaba bien. Es así que mi mamá embarcó todo y nos vinimos, y a los 21 días que mi mamá llegó, mi abuela falleció.
Para poder sacarme de Estados Unidos tuvo que declarar que a mi me había tenido de soltera, porque al estar separada de mi papá, necesitaba su permiso y no sabía si se lo iba a dar. Así, por intermedio de un abogado se hicieron los trámites. Y así fue que volvimos a Casares.
-Y ahora que es lo que pensás de todo esto que has vivido?
-Que mi madre fue extraordinaria. Hizo de padre y madre a la vez, nunca me hizo faltar nada y me educó con lo mejor que tenía a su alcance. Ahora no está pero me gustaría decirle todo el orgullo que siento por ella.