La noticia del fallecimiento de una persona joven siempre causa tristeza. Se piensa en cuanto le faltó por vivir y hacer, y es inevitable el referirse a la crueldad con que a veces el destino marca nuestra existencia.
El jueves cuando era conducida a una clínica de Capital dejó de existir en la misma ambulancia María de los Ángeles Deluchi, una joven maravillosa, madre de un niño de corta edad, víctima de una descom-pensación diabética grave. Tenía, como lo mencionamos, tan solo 30 años de edad.
Según un parte médico, María de los Ángeles Deluchi había ingresado días pasados al hospital donde estuvo internada siendo dada de alta. Reingresó nuevamente, fue derivada a terapia intensiva, y viéndose que su cuadro se agravaba se decidió su derivación a través de su obra social. Pero como toda la tramitación podría demorar (la llegada de la ambulancia de la obra), se decidió enviarla en la ambulancia del hospital. Lamentablemente su estado era desesperante, produciéndose su deceso antes de arribar al establecimiento asistencial designado.
Es de imaginar la conmoción y dolor que causó la partida de María de los Ángeles Deluchi. Todos la recuerdan como a una chica alegre, hermosa, coqueta y responsable. Trabajaba en panadería La Reina, donde se distinguía por su trato afable y cordial. Sus restos fueron inhumados ayer a las 11 hs. ante una verdadera multitud de familiares, vecinos y amigos, que con ojos llorosos fueron a darle su último adiós.