Una vecina casarense, Alejandra Sierra, se expresó en una radio local y también en su muro de facebook a fin de relatar lo ocurrido el día sábado por la mañana en circunstancias en que se disputaba por el tramo de la ruta Loewenthal la Copa Argentina de Ultramaratón. Dice dicha vecina que está muy triste y con mucha rabia porque ese día, alrededor de las 10 hs. volvía del cementerio luego de haber sepultado a un familiar «en fila y a paso de hombre» según relata, porque delante de ellos iban los corredores, mientras que por la otra mano se dirigían en sentido contrario. Dicha vecina le decía al periodista radial Julio Miguel: «Mirá Julio, nos insultaron de tal manera que no te podés imaginar, querían la ruta para ellos solos, y llegando asl al «Boliche de la Vasca» estaba uno de la Guardia Urbana, «Mateo», a los manotazos desesperado para que nos pasemos a la mano contraria, cosa que hicimos todos los autos que veníamos. ¿A qué viene esto dirás?, a la mala organización de la municipalidad y de la gente del deporte, que no respetan ni a los muertos. ¿A vos te parece que tengan que cortar la ruta para esto?, ¿por qué no van a correr a otro lado?. A San Esteban por ejemplo, creo que esto le compete a la municipalidad, ¿sabés que pienso?, que vamos a tener que pedir permiso para morirnos, no sea cosa que tengan que correr y no nos puedan llevar al cementerio. ¿Sabés el dolor de venir de dejar a un familiar y que esta gente te insulte gratuita-mente?.¿Qué tenemos que hacer?».
N.de la R. Como es de imaginar la nota y el comentario de dicha vecina moverán a todo tipo de análisis por parte de los vecinos, muchos de los cuales se han expresado desde las redes sociales.
Dos hechos trascendentales para la especie humana, el nacer y el morir parecen ser causa de agudas controversias. Tal vez nacer, arribando a un mundo desquiciado que se autodestruye, se ha vuelto complicado, como por lo visto también morir, aunque este acto merezca un análisis más profundo y serio, que nada tiene que ver con la anécdota de referencia.